29 dic 2003

Quinceañera

A las ánimas que emprenden la última jornada, la Muerte otorga gracia de repetir veinticuatro horas del tránsito terrenal que acaban de concluir. Karime escogió su Fiesta de Quince Años:

Se levantó con el amanecer a importunar a todos, insistiendo sobre la perfección de cada detalle, riñéndoles por no adorarla —cual debe— a pocas horas de la noche más importante del Siglo. Para la tarde, había descubierto que la indiferencia era la mejor descripción aplicable a quienes la rodeaban. Antes —años antes— no lo notó. Mas ahora percibía, en sus padres, angustia ante tanto inútil derroche; en los hermanos, fastidio —y euforia anticipada de la borrachera—; en las amigas, envidia y una sorda pugna por encontrarle defectos y vulgaridad a los preparativos; y en los chambelanes, lúbricas ansias de manosearla... ¡otra vez!

Mientras descendía del falso mezzanine, al ritmo del disco con la marcha triunfal de Aída, se percató horrorizada de lo churrigueresco del vestido; de las ridículas coreografías —hielo seco y balaustrada de papel maché— y de lo estúpido del primer vals y el último juguete. Sentía que infinidad de miradas se burlaban de ella. ¡Su existencia había sido un engaño!

Salió corriendo del salón, abatida por la desesperanza. En la puerta aguardaba, cruel y siniestra, doña Parca, desternillándose a carcajadas.

22 dic 2003

En uno de los Diálogos Apócrifos, Platón pone en boca de Sócrates el recuento de una de las hazañas del Pueblo de los Glugluditas.

Partieron en busca del famoso Vellocino de Platino Empiojado de Záfiros, Esmeraldas y Rubíes. Para confortar el ánimo y no disminuir el arrojo, do quiera que iban cantaban su himno:

—¡Somos los glugluditas, somos los glugluditas...!

Atravesaron el desierto, nunca retrocediendo:

—¡Somos los glugluditas, somos los glugluditas...!

Cruzaron el Cáucaso, siempre avanzando:

—¡Somos los glugluditas, somos los glugluditas...!

Se enfrentaron a los cíclopes y los vencieron:

—¡Somos los glugluditas, somos los glugluditas...!

Y se lanzaron, por fin, a las aguas del Mar Caspio:

—¡Somos los glugluditas, somos los glugluditas! ¡¡Glu-glu-glu-glug-glugd-lggdgg-glgldddglg!!

14 dic 2003

El Fin de la Historia

Afuera, el Pequeño Gigante asuela Europa, el Sordo escucha por última vez aquella sinfonía tercera y el Sabio Ignorante concluye frenético su obra magna... Sólo para que la fértil aridez de un vientre de siete años albergue las tormentas inmóviles de nueve soldados borrachos.

Afuera, además, es Jena.

11 dic 2003

El experimento de la gruta

Imaginad una oscura prisión subterránea. En ella, un grupo de seres humanos ha permanecido encadenado desde la infancia, el rostro siempre vuelto hacia un mismo sitio. Se han tomado las medidas suficientes y necesarias para que los sujetos —aislados de cualesquier experiencia sensorial— sobrevivan hasta la edad adulta. Sin conocer otra forma de estar vivos, existen satisfechos. Si fueran liberados, serían incapaces de valerse por sí mismos. A la entrada de la caverna —muy lejos y fuera del alcance perceptual de estos hombres y mujeres de laboratorio— comienza a reunirse el equipo interdisciplinario de científicos y filósofos: hay dispuesta una sala de prensa con tecnología de punta y enlaces a los principales medios de comunicación. Se cuchichean especulaciones y se arrojan unos a otros hipótesis sobre horrores, sorpresas, verdades y condiciones, pero sobre todo se debate acerca de las Ideas.

Imaginaos la hoguera que se enciende, a los titiriteros con el espectáculo de sombras chinescas a punto, y ese silencio absoluto. Ved, cerrad vuestros ojos y juzgad: La desesperación de tanta eminencia y tanta testa laureada cuando se descubre que sus miserables víctimas hace mucho que son ciegos. Oíd la gruta inundándose de las recriminaciones y las invectivas de aquellos sabios, y de los alaridos de azoro, miedo y placer de quienes por vez primera huelen humo, escuchan crepitares, conocen el calor... Estos infelices, aun sin ojos..., ¡ven!

8 dic 2003

Vertere

Maniobra con un movimiento aun para él imperceptible y sale de la curva. Micra a micra pisa el acelerador hasta que con la punta del pie lo ha sellado al piso. En el instante que alcanza la recta final los otros competidores son sólo manchas de colores que van quedando atrás una a una. Adelante no hay nada excepto el horizonte de la victoria. Conforme el auto se aferra tenaz a la pista él sabe que vuela cada vez a mayor altura. La velocidad del Fórmula-1 aumenta de manera inversamente proporcional a la velocidad del tiempo —que corre cada vez con mayor lentitud. Justo cuando va a cruzar la meta, el tiempo se ha detenido por completo y, ante la desesperación del piloto, comienza a transcurrir hacia atrás, hacia el ayer, con lentitud..., y luego más y más rápido.

7 dic 2003

Punch line

La broma haría historia entre los contertulios de La Reina Mora. Repitió por enésima vez las instrucciones:

«A punto de romper su propio record Miguel Zurdo Carranza se pone al bat. Le lanzan, pega de hit, corre a primera, a segunda, a tercera y ¡¡¡camelloooooooooooo!!!» En ese momento todos debían estallar en estentóreas y fingidas risotadas haciendo quedar a Gutierritos como un imbécil, siendo el único que no entendiese el supuesto chascarrillo. La víctima llegó puntual a la inexistente cita según su costumbre de todos los viernes. Al concluir los saludos de rigor el organizador de la burla dio inicio al cuento, manifestando que lo acababa de oír y era de lo más cómico.

«A punto de romper su propio record Miguel Zurdo Carranza se pone al bat. Le lanzan, pega de hit, corre a primera, a segunda a tercera y ¡¡¡camelloooooooooooo!!!» Ante su sorpresa todos —también Gutierritos— comenzaron a desternillarse de risa, algunos de sus co-conspiradores incluso tirándose al suelo incapaces de sostenerse en pie. Notó atónito que hacia las mesas vecinas, entre quienes habían escuchado, la hilaridad se desperdigaba desenfrenada. Muy pronto la cantina entera estaba en un estado de euforia total, algunos salían corriendo a la calle a compartir el mejor chiste de sus vidas.

Cuando nuestro protagonista sale a la calle observa que docenas de gentes detienen a los transeúntes que de inmediato se deshacen en carcajadas. Acongojado y sin comprender lo que había pasado intenta sin éxito reír, esbozar siquiera una sonrisa... No puede.

4 dic 2003

Año 537 de la Hégira

Bajo esta lápida yace el célebre eunuco Zhakar al-Misraji
quien, con todo y tanta fama, en vida nunca yació con nadie·

Capricho de hada

Aquí yace Cascabel
Los Dioses le concedieron vida eterna
pero igual, quiso tener su epitafio

3 dic 2003

Exboto

«Virgencita tonazin por tu intersedida me paraste de guelta ami marido que ya nomas no queria y que gracias que la comadre jacaranda me gravo de la teleel anuncio onde salia Pele o rei anunciando el miagra y mi aljonzo la tomo la pastiyita asul esa y yo ende lo vi todo como jonas el burro senti que aquiecito de mis piernitas me iba a morir y de mis chichis como ansina me daban ganas de arañarle su cosita porque con el miagra me usa los lunes y luego los martes y los sabados y los dias que me quiere usar y yostoy requetecontenta que antes ya me iba a condenar si dejaba quel señor cura me metiera su berga manque diole permiso el sr ovizpo mi compadre lusiano el de la jarsieria no cuenta porque me la metio dedetras y yo se la cage de caca y dice que ledio asco y se salio recibe la foto santa de emondo arantes do naisimeinto pele o rey imajen poderosa ni leaunque queste negrito asinita me la remoge en mi ñoñoñoy de mi panocha que me dijo doña petra la shirga y del cartoncito de la primera miagra le ise su marqito Muncho te estube pidiendo y me lo torgaste que se tomara la miagra bendita ya ora astadel gusto lo traigo a mi poncho vienbien arreglado y cuando pasa con su taxi me pita el pito y yo manque ande en la milpa corrio a saludarlo y si le dal tiempo nos ponemos a cojer un rapidin que le diceel y quien sabe que toditos calsones ya ni me pongo o me los zaco a las puras prisas si lo dibiso por la curba quesque se me ase agua la voca de acolumbrar su esa dado en nuestro señor san fransisco de chonacatlan el dose de diciembre de 1994.»

1 dic 2003

Crisálidas

Tras limpiar con mierda su transgresión, los tres tristes travestis se trocaron, luego de izar las alas iridiscentes, en erguidos arcángeles. Algo reticentes, sin embargo, se fueron volando paso a pasito, como si no quisieran regresar al cielo.