12 dic 2011

Clamor

Duna tras duna se desliza una charola, la cabeza de Juan Bautista aulla en el desierto. Quiere que le devuelvan el resto de su cuerpo.

3 dic 2011

Batallas en el desierto

Dudé al llegar al erial. Nomás por unos momentos vi su silueta desnuda en la duna, recortada contra el sol, y cómo sus pechos turgentes temblaban mientras caía. Corrí hacia ella y lancé mi búmeran con la fuerza de diez días siguiéndola sin comer ni dormir, como muerto en vida sólo pensando en ella, y le abrí el cráneo en ese primer intento. ¡Qué manjar!

Otro

El gran desierto de arena no era sino un espejismo de camellos, oasis y bailarinas ventristas. Cuando se dio por vencido, se entregó sin chistar a los lobos de la tundra ártica.

18 nov 2011

La ventana

Acostumbraba pasar bajo su ventana entre las siete y las ocho, y era a veces a mí, a veces a algún otro transeúnte a quien la vocecita desde ahí arriba preguntaba —¿Señor, señora, me da la hora?— y una niña, de trece o catorce años, dando rápido las gracias, se metía a comenzar su día.

Justo junto a la ventana crecía un laurel de la India, y crecía más y más, al grado de que había que buscar entre las ramas la carita de la niña para contestarle, y luego se nos hizo costumbre no tratar de encontrarla, sólo decirle la hora y seguir nuestro camino, sin voltear siquiera la cabeza.

Comenzaron a construir un edificio en el baldío de al lado, y el cascajo provocó que la gente se fuera por la acera de enfrente, y alguno acaso gritaba una respuesta, pero la ciudad iba cada vez más de prisa y el laurel también.  Yo alcancé a contestarle un par de veces, antes de mudarme a otro barrio.

Han pasado los años, hoy pasé otra vez bajo aquella ventana, ya no hay laurel ni escombros, pero creí escuchar la vocecita cuando con el rabillo del ojo alcancé a distinguir un esqueleto, pero seguí  mi camino, se me hacía tarde.

11 nov 2011

Otra, igual de John Donne

¡Ya te saqué de mi vida!, lo peor es que yo me salí contigo.

9 nov 2011

Mirón

Desde la calle, él la observa al trasluz de la cortina, ve cómo se quita el abrigo, los zapatos y el vestido… Cuando queda desnuda por completo parece flotar entre los vapores del alumbrado público, se dirige a la ventana y se arroja desde el segundo piso. Él alcanza a recibirla pero ella termina de disolverse entre sus brazos.

23 oct 2011

John Donne

¡Al fin te saqué de mi vida!, ya no sufro por ti sino en mis fantasías.

11 oct 2011

Luz

En la Mesopotamia, contra el fondo de las tierras rojas, parece forjada con diamantes en ebullición. En la ribera del Nilo —entre el limo negro de Egipto— es de lava al rojo vivo, y al rojo blanco en Arcadia, donde limnátides y dríadas —por lagos y bosques— persiguen la mancha del que una vez fue el fulgor de la corte celestial. A su paso, el Mundo guarda silencio y los mares contienen la respiración y las estrellas se apagan de vergüenza cuando sale de noche. Ni siquiera los ángeles consiguen sustraerse a su encanto —Dios mismo le tiene tirria. Es la sombra de Satán.

7 oct 2011

Steve Jobs — IN·MEMORIAM

Luego de probarla con ratones, estos nerds vieron que su máquina del tiempo era un éxito. Escogieron ir a la batalla por la Gran Tenochtitlán, a donde llegaron a romper el asedio de Cortés: ¡ya se soñaban en un harem de Malinches!

Los mató la viruela.

Génesis

Cuando Yahvé planteó el Diluvio, escogió a los más virtuosos e indicó la madera, las dimensiones y la técnica para que cada uno construyera su arca.

De día se estaban dentro, muy quietecitos. De noche salían de sus ataúdes a ver que encontraban: algún sobreviviente agarrado de un cadáver hinchado o de algún tronco podrido.

5 ago 2011

Secuestro que acabó en tragedia

Se la llevaron, fue cuando no funcionaban ni la luz ni los semáforos de la esquina de Fundadores con Benemérito. La encapucharon y ataron de manos, y ella iba sin miedo alguno, acaso disfrutando lo más emocionante que le había pasado en sus casi veinticinco años.

En la esquina de Tres Carabelas y Hermanos Pinzón, bajo el megafarol que instalaron ahora, para el Bicentenario, le echaron una segunda mirada. Fue allí que la dejaron ir.

4 ago 2011

Secuestro de amor

Lo convirtió en dragón y le puso en el hocico un bozal de adamantium —para no escupir lumbre—, una plomada de platino en la cola —para no dar coletazos— y un par de zafiros en los ojos —para ver todo. Lo encadenó a la pata de la cama y lo hizo invisible —para que ninguno de sus amantes fuera a traspasar los añicos de corazón esparcidos entre las escamas.

2 ago 2011

Secuestro por piernas

Era un mujeriego, la última vez que lo vieron iba como secuestrado tras una minifalda. La minifalda se lo llevó a un motel de la salida a Cuernavaca donde también estaban dos pantalones de mezclilla y uno de casimir muy fino, con un señor de traje dentro que le ordenó a otro, uno con overol, que se apurara con él. Ella recibió su anticipo de billetes y se llevó la oreja sanguinolenta en una bolsita de plástico. Alcanzó a escuchar al jefe bien encabronado, soltándole un sopapo al esbirro de marras: —¡Pendejo, otro que se te desangra!, ¡nomás porque igual cobramos, que si no, te rebanaba el pescuezo!

11 jul 2011

John Donne

Para mí estás muerta, desgraciada..., ¡mas yo soy el que se está pudriendo!

6 jun 2011

La pulga de Schrödinger

Erwin Schrödinger tiene pulgas, mas el famoso físico y biólogo teórico sabe de lo pueril, vano e inane que sería rascarse. La mitad de las pulgas estará ahí, o no, la otra mitad habrá saltado, y quién sabe cuántas estarán en un punto indefinido de alguna región espacio temporal de manifestación probabilística electrónica. Según sus cálculos, suman ya más de dos mitades, pero así es esto de la mecánica cuántica.

13 may 2011

Tálamo

No se han visto sino a través de las rejas del balcón, ni escuchado, ni olido, ni nada. Hoy él se atrevió a trepar la hiedra y hace un esfuerzo heroico por alcanzarla. Entre los gemires de ella, los requiebros del varón, los muy malos versos, la complicidad de la luna y los suspiros mutuos, un dedo casi toca una mejilla.

Mano, brazo y antebrazo se expanden, se estiran, se magnifican, la clavícula casi se disloca, la enredadera también pone de su parte. La punta del dedo se acerca micra a micra mas sin desistir por un instante, la mejilla yace atorada entre los barrotes expandiéndose como un globo en pos de la inminencia de ese primer toque de amor. Ella puede ya sentirlo, suda hielo que arde, la entrepierna comienza a gotear, cada vello se ha erizado, cada poro se ha dilatado, un corazón se desboca... y cierra los ojos.

Está a punto de tener su primer orgasmo en tiempo real, sus pezones a punto de estallar y el mundo a punto de colapsarse en cataclismos múltiples de placer.

Mas el dedo la toca, por sólo un segundo, y el encanto se acaba, ella se congela y él no entiende qué pasó. Todo acaba sin comenzar apenas. Lo odia, no quiere verlo más. El contacto, el maldito contacto tan anticipado, fue precoz.

8 may 2011

Sentidos

Aún puede verla, cómo se mueve su pelo cuando camina, cómo se tuesta su piel al sol mediterráneo, y cómo oscilan de aquí para allá sus caderas. Puede aún aspirar el aroma de cada uno de sus poros, el perfume de su inminencia, y el olor a océano primigenio de su sexo abismo. Siente la turgencia de su pechos, la suavidad de hierro de sus piernas y la humedad de ese cuerpo contra el suyo. Sabe a qué saben sus besos y la escucha gemir, oye aún sus murmullos, sus cantares, sus cuitas, sabe que sabe a sal, a néctar y a mundos exóticos...

Le basta con cerrar los ojos y dormir, porque en sueños cada uno de sus sentidos funciona a la perfección, porque dormido no es un montón de costras, hedor y harapos en una banca del parque, porque si cierra los ojos ahí está ella, y porque cuando los abre ya no.

14 mar 2011

Miedo a la oscuridad

Descansa en su ataúd, al menos un par de horas. Sólo aquí, con los brazos cruzados sobre el pecho, es donde encuentra la paz.

Teme la llegada de la noche, teme al brillo de los collares de diamantes en tanto cuello tan terso, a la luna llena o apenas insinuada, a las antorchas de los lacayos que auxilian a los bailantes para sortear adoquines y charcos ocasionales.

Tiene pavor a la penumbra, con su mínimo contenido de luz, a los ojos que emiten fuego de risas o de lágrimas, a los candiles, a las brasas en el extremo de los cigarros...

Mas de lo que se esconde, aquí en el breve espacio que lo abriga dentro del féretro, es de la oscuridad, la oscuridad de una bala de plata o una estaca de madera, la oscuridad que le traería ver el amanecer a los ojos, a la oscuridad de su propio reflejo en el espejo.

9 mar 2011

Miedo a la oscuridad


Las estrellas se apagan una a una... En pocos instantes más tendrá que declarar la muerte térmica del Universo. Sabe que no puede iniciar de nuevo la secuencia, ni Él puede violar las Leyes Básicas de la Física. ¿Qué hará con toda esa eternidad vacía de luz? Si tan solo pudiera dejar de existir, así, con un simple deseo. ¡Qué horror!

1 mar 2011

Miedo a la oscuridad

Junto a la chimenea de la mansión, en la penumbra con la que juegan las llamas a penetrar la oscuridad, ella vio la sangre chisporroteando entre la deflagración, él no vio sino las vidas de sus padres cuando se las tragaba la noche.

La niña no siente ningún temor ante el fuego. Él, desde entonces, teme el menor atisbo de sombras, tiene miedo a la oscuridad... y a su hermanita.

7 feb 2011

La casa de Su Madre


Ardiendo en ira, tiraba los anaqueles, arrojaba botellas como si fueran granadas y tundía con el cayado a los empleados de chalequito rojo que intentaban interponerse.

—¡Señor, señor! —le conminó Simón Pedro, jalándolo de la túnica— éste es un WalMart, la Basílica de Guadalupe es aquí derecho.

17 ene 2011

Panacea

Juan Leotardo Espagirista está a una gota de la inmortalidad, el tiempo parece detenerse y su vida toda transcurre frente a sus ojos, en la misma última gota de la Tintura de la Vida. No sólo no morirá, sino que nunca padecerá dolor material alguno.

Al terminar de caer el destilado, un frío de hielo le recorre los huesos, su mundo se llena de calígine... el resto son ayes y fetidez, y la vaga ilusión de que alguna vez hubo otra vida. Siente que flota y comprende que su destino es penar por toda la eternidad... como los demás fantasmas.