28 abr 2010
Pizpiriteces
Un beso flotaba en plena euforia, había estado perfecto: la humedad exacta, el chasquido apenas necesario, la sincronía total. Fue la red del doctor Morganhaussen la que lo sacó del contexto y lo arrojó en un frasco ecléctico, entre otros besos menos elegantes, eructos, estornudos y metáforas muy poco afortunadas.
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