El traficante le reiteró que nomás así: toda la colección a cambio de este ejemplar único.
Ya en su gabinete, el profesor se puso a contemplar aquella mariposa de tonos pastel más bien simplones. Con angustia, pensaba si en realidad habría ganado con el sacrificio de sus más de treinta mil especímenes, reunidos a lo largo de media vida.
—¿Entonces qué? —le dijo el insecto, algo impaciente—, ¿valí la pena?
9 ago 2013
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