En determinados días, el árbol excreta una resina más pegajosa que de costumbre. Por su parte, la corteza parece deshilachada y elástica. En tales noches desaparece alguno de los frailes que salen a mear; a nadie le importa, y el suceso se atribuye a una más de esas frecuentes deserciones.
Hoy, sin embargo, es al Abad a quien se echa de menos... Parece que se perdió entre maitines y laudes.
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