[Levante un poco la voz, conteniéndose apenas... Acelere conforme termina el párrafo.] Mil millones de televidentes observan como los especialistas remueven, con extremo cuidado y en la penumbra, los últimos trozos de lienzo que cubren al sujeto. Mientras la luz aumenta poco a poco, se esperan las primeras descripciones de 'los ojos futuros'.
[Léase a gritos y a toda velocidad, pierda el aliento. Señoras y señores optativos.] ¡De pronto y sin que la sala termine de iluminarse, una escalofriante andanada de alaridos de pánico sale de la garganta del individuo que convulsiona...! ¡Enloquecido, tuerce los ojos de un lado a otro...! ¡¡Ya sólo queda un cadáver cubierto de sangre y contenido gástrico, un improbable rictus y las macabras cuencas vacías por donde huyó —a-te-rro-ri-za-da— una vida!!
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