Estaba tranquilo como no lo había estado durante los últimos meses, feliz de haber encontrado determinación y cordura para pedir ayuda profesional. Recibió de manos de Jerome L. Baldwin MD PhD el frasco ámbar con comprimidos, junto con la perorata acerca de la futilidad de amuletos, veladoras aromáticas, mejunjes y puercos enterrados en el jardín. También escuchó atento el consejo de tomar la receta unos minutos antes del crepúsculo junto con un salutífero baño caliente, y así obtener los mejores resultados terapéuticos. Antes de terminar la consulta el especialista le garantizó que los monstruos desaparecerían para siempre.
Poco antes del ocaso abrió el grifo, puso las sales, puso música, se desnudó, levantó la tapa del inodoro, vació el frasco, se metió a la tina y se hizo los correspondientes tajos en las venas.
16 feb 2003
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