Le dijo que no amaría a otra en tanto ella viviera. La Reina espoleó su corcel para ocultar el sonrojo, mientras Lancelot concluía la promesa en un susurro.
Ginebra murió.
Sobre la tumba non sancta del impío caballero, hay una roca, donde las hadas grabaron:
DESPUÉS TAMPOCO.
10 mar 2003
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