No vaciló un sólo instante, decidido, puso la punta de la espada en el cuello del primogénito.
Le susurró, pero con un registro tan potente que el otro escuchó fuerte y claro: —Mi señor, si os elijo, lo único que me deberéis será la vida. Él, me lo deberá todo.
Luego de asesinar a Luis XIV, se volvió hacia el prisionero de la Bastilla: —Vuestra Majestad tiene en mí al más leal de sus vasallos. Disponed de Artagnan, Capitán de los Mosqueteros.
14 ago 2003
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