—Nos amaremos y volverás a ser un hermoso príncipe —le dijo la doncella, abrazándolo con ternura.
—¿Q-qué..? —gruñó él.
—Que voy a romper el hechizo... —contestó Bella mientras dejaba caer sus ropas.
—¿Bestia yo! ¿¡Yo!? —le interrumpió furioso el energúmeno, y un tremendo zarpazo arrancó de cuajo la cabeza de la pobre muchacha.
22 ene 2004
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