Del susto, pega tremendo brinco. Aún no se acostumbra a estos novedosos espejos electrónicos que, gracias a un sofisticado programa, logran una muy fiel aproximación de la hasta hace poco irreproducible imagen de los vampiros.
—¡Tantos adelantos modernos! De alguna manera, la sangre artificial sí que fue un avance necesario. Pero esto de reflejarse... ¡no es más que un grosero atentado contra la tradición!
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