La Cosa del Infierno estaba junto a la chimenea, agazapada. La niñita se
acercó, demasiado, en persecución del carrito de juguete. Los otros
niños y los padres vieron la ameneza, estos trataron de rescatar a su
hija y aquellos intentaron huir. Mas todos quedaron paralizados, de
terror.
También me quedé petrificado, el susto me inmovilizó. Han pasado seis
días y nadie se pudo mover. Los cadáveres de los humanos siguen allí,
estáticos, no soporto el hedor. He durado un poco más pero ya no
resisto, estoy a punto de morir de miedo... Soy la Cosa del Infierno.
13 feb 2004
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