—¿Acabará la amarga batalla, mamá?
—Acabará, Anamar. Tras la larga matanza, asaz bárbara, mañana al alba harán la santa paz.
—¿Abrasarán, mamá, más andanadas?, ¿armarán más avanzadas?
—Ajá, mas al azar. Para alcanzar a dar calma a las Sagradas Almas allanadas allá. Ya calla, andas cansada —hasta atarantada—, saca a la marrana, amarra a la vaca, traba la aldaba, apaga la flama, a la cama.
—¿Ma...?
—Sanarás, amada Anamar, acá habrá más mañanas.
19 jul 2004
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