18 jul 2003

La sombra y el destello

—La sombra, la total oscuridad, según los textos pre-védicos —decía el profesor McHelm cuando vio ingresar al auditorio a su rival, Würlitzer, que acababa de llegar de Berlín—... Tal vez herr Doctor quiera darnos su ilustre opinión.

—¡Claro que se la daré, mi estimado colega!, aunque sabe que disiento —contestó el aludido, con su característico tono burlón—, la materia que perseguimos sólo se obtendrá cuando se logre la transparencia absoluta.

*

—Mi estimado amigo —decía Sherlock Holmes mientras revisaba los cadáveres aún tibios—, tal vez nunca conoceremos la invisibilidad, mas estas mentes privilegiadas han alcanzado algo en verdad notable: la inexistencia. —Luego de una pausa para encender su pipa, concluyó.  —Elemental, mi querido Watson.

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