15 may 2004

El suplicio de Tántalo

El hermoso ángel se desnuda frente a Tántalo, ofreciéndole las poses más lascivas e inimaginabales. De pronto, aparece un televisor con el mismo documental de todos los días acerca del armadillo.

«... (R)ecurre a un interesante artilugio. En vista de que —como hemos dicho— la concha limita su movimiento, una vez que entran en un agujero sin salida, quedan varados. Si tenemos en cuenta lo poderoso de sus garras, ésto hace que sea imposible hacer que se desatore...»

El condenado, poco a poco, empieza a recordar..., temblando ante la inminencia de su castigo cotidiano. No puede remediarlo y se arroja de manera instintiva dentro del pequeño túnel, mientras que el alado verdugo se le aproxima con un palo de escoba en la mano.

"... El truco es el siguiente: se levanta la cola del animal —con sumo cuidado— se le introduce el dedo índice dentro del ano, y una vez que se siente el apretón —lo que significa que las garras se han relajado— se arrastra la presa hacia afuera."

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