24 dic 2004

Gula de Navidad

La familia, con el corazón en vilo, sigue atenta los ruidos en el tiro de la chimenea —“skriich-skraach”—. Cuando aparece Santa Claus todos lo reciben de rodillas y en sepulcral silencio. El traje rojo y las barbas blancas son de sobra conocidas —no existe confusión alguna— este año han sido elegidos: darán de comer a tan descomunal apetito.

La mesa está servida y empiezan a traer las viandas, mas fuera del vino espumoso, San Nicolás desprecia todo, pero se relame los labios en anticipación al plato principal. La estuvieron engordando todo el año, la dorada piel y el exquisito aroma indican que está en su punto. La pequeña niña de ocho años fue sacrificada sin dolor —nunca lo supo, incluso en el último momento creyó— y cuando fue trinchada crujió según las normas de la haute cuisine.

—¡Anímense, alcanza para todos! —rugió el invitado— ¡pongan música!

Uno a uno, primero las mellizas, luego el padre y enseguida el mayor —y por fin, la renuente madre—, comenzaron a cortar trocitos, paladeando el suculento manjar.

—¡¡Juo-jo-jó!! —estalló Santa, satisfecho del festín y de tan agradable compañía.

18 nov 2004

Insolubilia

Cronómetro en mano, Zenón de Elea da la salida. Mientras la tortuga se lanza hacia la meta Aquiles se echa sobre el césped.

De manera inexplicable el testudinado acelera más allá de los límites de su biología. Asustado el hijo de Thetis se lanza a darle alcance.

Aquiles recorre la distancia que hay entre él y el animal aunque la velocidad de éste aumenta y se aleja cada vez más. La tortuga rompe la velocidad de la luz mas el hombre sigue tras ella. Un instante después, ambos se desintegran en medio de una explosión cuyos destellos llegan a la Tierra luego de siete minutos.

Zenon se queda ciego.

5 nov 2004

Insolubilia

Lucha consigo mismo ante la disyuntiva: ver el vaso medio vacío o verlo medio lleno. De pronto se bebe el alcohol de un solo trago y carraspea.

—¡Bah! —exclama— ¡son pendejadas!

4 nov 2004

El Efecto Mariposa

 Una tormenta se desencadena en Amsterdan.

En Beijing, en el Templo del Cielo, una mariposa se despereza sobre las ramas del jabonero que empiezan a temblar. De pronto, para no sucumbir a la brisa que sopla desde las colinas, bate sus alas.

1 nov 2004

Insolubilia


Anaxobúrides de Bactria explicaba a sus discípulos la redondez de la Tierra:

—...Y si en este momento empiezo a caminar en línea recta, acabaré por llegar a este mismo sitio.

—¿Existe alguna forma, Maestro —preguntó Kerygmea, la más aventajada de la Academia— de demostrar esta aseveración?

Sin decir nada, el sabio emprendió el camino. Todos vieron cómo se perdía en el horizonte.

9 sep 2004

Casa y chica

En sueños se imaginaba en brazos de su amante, la obrerita de la fábrica, que era una delicia y a la que había puesto departamento muy cerca de casa.

—...¡Mmmm! —murmuraba— ahora vuelvo..., ¡mmmm!..., voy por cigarros.

—¡¡Pendejo!!, ¡YO-SOY-LA-O-TRA! —gritó la muchacha, yéndosele encima a golpes.

4 sep 2004

Instrucciones para cambiar de vida


Entienda que no me interesan las razones que tenga usted para desaparecer, aunque no puede sino extrañarme que quiera abandonar a tan devota esposa e hijos tan lindos, máxime al no haber historia romántica o pecuniaria que lo exija. En primer lugar, vaya apartando las pertenencias de las que no pueda prescindir y sin las que su vida carecería de sentido —¡pero ni una más!—, reúnalas poco a poco en aras de que nadie note su ausencia —la de las cosas, no la suya— lo mismo que el dinero que mes a mes irá descontando del cheque quincenal. Si ya consiguió trabajo en un pozo petrolero kuwaití, un aserradero canadiense, o se va ir de vago o a Nueva Zelanda, no me importa. Este breve manual le servirá sólo para el evanescimiento, más allá huye librado a su suerte. Empiece a confundir los nombres de sus hijos y a comportarse de manera descuidada —pero sin exageración—, un mes antes piérdase durante seis horas, de preferencia un domingo de compromiso importante. Conforme se acerque la fecha discuta con su jefe la posibilidad de un aumento y solicite vacaciones para un par de semanas después de que usted se vaya. En el momento culminante no olvide decirle a su mujer alguna sentencia muy trillada, baladí... No sé, por ejemplo: «Ahora vuelvo, mi vida, voy por cigarros...»

2 sep 2004

En la ciudad de la esperanza

Nacha y Delfina escuchaban cabizbajas el regaño de la patrona.

—...¡Y es la última que les tolero, indias patarajada! —y continuó— ¡bien me dijo mi mamá que las de Oaxaca eran las más güevonas!

Ninguna de las muchachas dijo nada, sólo vieron como la señora seguía gritando desde la puerta.

— ...¡Ahora vuelvo, voy por cigarros...! ¡Y cuando regrese quiero la casa bien limpia!, ¡van a saber quién soy, par de mensas!

Y así fue, la dejaron limpia. Se llevaron hasta los dólares que había entre las hojas de «Las niñas bien» de Guadalupe Loaeza.

1 sep 2004

¡Ay, robot!

Como todos los días, tomó el portafolios de manos de su mujer y le dijo: —Ahora vuelvo, voy por cigarros.

Y como todos los días, sintió que la frase estaba incompleta, la explicación perdida en la noche de los tiempos, cuando el primer cerebro positrónico fue improntado.

Enseguida, el beso, clave vestigial de los inescrutables designios divinos.

Ella se va de casa

Su madre la miró burlona y desafiante, viendo como abría la puerta del zaguán para huir. La hubiera mirado de otra forma de haber sabido que la pequeña desaparecería para siempre. ¡Nunca había ido más allá de la tiendita de Vicky!

—Ahora vuelvo —dijo la niña— voy por cigarros... de chocolate.

15 ago 2004

Terrible desgracia

Las pesadillas no permiten que olvide el incendio de la Biblioteca Nacional, tragedia de la que fui testigo mudo e impotente. Aún veo como huyen —a pie, volando, a caballo— millones de personajes diminutos intentando salvar sus perfiles psicológicos, sus valiosos argumentos y aquellas queridas descripciones. ¡Nunca olvidaré los alaridos de espanto!

Una imagen regresa a mí, una y otra vez: Entre los últimos seres que alcanzaron a escapar del siniestro, pude distinguir a Lady Chatterley corriendo de la mano de su amante, mientras que su esposo —la silla de ruedas fuera de control— se despeñaba envuelto en llamas por la escalinata principal.

10 ago 2004

Traduttore, traditore

—Sabías que, en realidad, 'Ragnarok' no se traduce como "Crepúsculo de los Dioses"... Lo cierto es que es un error de traducción del alemán 'Götterdämmerung' que, a su vez, es un primer error de traducción...

—¡¡No sé, pinche Thor!! —exclamó Odín— ¡como quieras, nos están rompiendo la madre tantos putos gigantes!

5 ago 2004

Gn 2:21-22 [Protaner]

Sentía tanta lástima de Adán. Una noche le provocó un sueño profundísimo. Le quitó una costilla y formó una mujer, luego le quitó otra, y otra y...

—¡Ups! —exclamó Dios, viendo como el torso del hombre dejaba de moverse—, ¡pobrecito!

30 jul 2004

Rivales

—Espejito, espejito —pregunta la malvada bruja del Cuento—, ¿quién es la más bella?

—Tú eres —le contesta el Espejo Mágico— sin duda la más hermosa. —De repente exclama aterrorizado—: ¡Cuidado!, ¡el cuchillo!

—Pinche Blanca Nieves —alcanza a regurgitar la Madrastra—, ¡ya me chingaste!

Abismos


 Él mismo lo admira aunque sólo de reojo. Es bello en verdad..., demasiado. Se siente a disgusto por cómo las miradas convergen todas hacia el arcángel. Piensa que es una injusticia no alabar al Creador por tan excelsa obra y adorar, en cambio, a la creatura.

No soportará esta humillación. Toma a Lucifer del brazo y le pide que caminen juntos. Cuando llegan al precipicio le da un empujón.

20 jul 2004

Alcabala para la añagaza más sagaz

—¡Patrañas! Aplasta a la amagada, ¡martájala!, anda hasta las cachas, atarantada, nada sabrá.

—¿Aplastarla?... Dan ñáñaras.

—¡Babas!, zafa la araña, tras la mampara hallarás maraña para jalarla, harás cagada a la apañada, namás hará '¡aaaaaaaaarg!'. Anda ya, haz la matanza.

—¿Mas pagarán la plata?, ¿darán la marmaja al hampa?, ¿la papa a papá?

—¡Vaya, Alan, malvada lacra!, ¡acaba tanta cháchara!, mañana agarrarás la lana a mansalva, habrá hasta para lanzar canas al mar, ¡¡ya mátala!!

—¡Zas!, ¡ñaca-ñaca!

19 jul 2004

Saga falaz

—¿Acabará la amarga batalla, mamá?

—Acabará, Anamar. Tras la larga matanza, asaz bárbara, mañana al alba harán la santa paz.

—¿Abrasarán, mamá, más andanadas?, ¿armarán más avanzadas?

—Ajá, mas al azar. Para alcanzar a dar calma a las Sagradas Almas allanadas allá. Ya calla, andas cansada —hasta atarantada—, saca a la marrana, amarra a la vaca, traba la aldaba, apaga la flama, a la cama.

—¿Ma...?

—Sanarás, amada Anamar, acá habrá más mañanas.

15 jul 2004

Historia de Petra


Petra era muy presumida. Desde que rodara montaña abajo con el temblor se creía única, tanto, que no entendía que muchas otra piedras bajaron también. Y allí estaba entre todas las demás, incluso con las que llegaron millones de años antes.

Esta piedra vanidosa trataba de apartarse siempre de las otras, aunque sólo se lo imaginaba, en realidad, como ninguna de ellas podía moverse, ninguna iba a ningún lado.

Un día estuvo escuchando lo que decían los animalitos pero no captó nada. Luego se dedicó a mirar como crecían las plantas pero sin ojos no vio nada.

Comenzó a sentir vergüenza y que sus compañeras se burlaban de ella. Tampoco podía llorar o gritarles de grocerías, así que se limitó a rabiar por dentro.

Una mañana pasaron unos niños —unos niños prehistóricos, porque antes nadie había pasado por ese lugar— y la recogieron. Entonces, muy oronda, fue ella la que se burló de las otras que, como piedras corrientes que eran, se tenían que quedar.

No fue sino hasta que llegó al campamento que se le quitó lo presumida, porque allí estaban otras muchas de sus congéneres, pero muy bonitas: unas eran puntas de flecha que brillaban —¡ajá!, pensó, así que ésas son las obsididanas—, otras eran hachas fortísimas, y había un par que se llamaban Molcajete y Metate —con un hijito al que le habían puesto Mano del metate— que eran muy trabajadoras.

Cuando un hombre muy grande la revisaba y le empezaba a dar de golpes con otra piedra muy dura, se alegró de no poder sentir dolor. Mejor comenzó a soñar que era Petra la importante, pero humilde y generosa con todo el mundo.

Nunca supo que el hombre aquél le encontró muchos defectos y la tiró. Por suerte las piedras nunca saben nada.

12 jul 2004

La lluvierita


La llenaban de alabanzas y bendiciones mientras chapoteaban de alegría en el aguacero, todos querían tocarla. Gracias a la lluviera terminaba la sequía. El chubasco duraba ya horas y las milpas estarían muy pronto a rebosar.

Se dirigió a los notables —quienes rojos, gordos y escandalosos compartían el júbilo popular desde los portales— a solicitar el pago acordado. Mas se negaron a honrar el contrato, hubo quien alegó que la lluvia no era obra suya.

Juana Carbajal Tzompi se quedó callada y ni siquiera los miró. Se alejó en dirección al centro de la plaza donde comenzó a danzar de nuevo. Una tremenda granizada cayó de repente con certeros proyectiles que destrozaron los cráneos de todos los niños que festejaban entre la multitud, aun los de aquellos que pensaron haber encontrado refugio en las casas y edificios que se derrumbaban.

Cuando escampó, la Cabecera Municipal yacía destruida, como aplastada contra el fértil paisaje. Por la cañada el torrente arrastraba con sus aguas rojas un centenar de pequeños cadáveres.

10 jul 2004

El aplauso de la lluvia

Fue ahí a principios de los sesentas, mis padres me habían enviado de retiro veraniego con los Legionarios de Cristo.

Por la noche se organizaban fogatas en donde se contaban leyendas, representaban chistes y anécdotas edificantes, y se cantaban canciones. Era costumbre premiar a los improvisados actores con algún aplauso de intención jocosa; como el de la sandía, el de la selva o, mi favorito, el de la lluvia.

Éste último consistía en empezar a golpear los dedos primero índice contra índice, luego el índice y el cordial, hasta que al final se aplaudía con la mano completa. No necesito explicar que esto representaba, en su inicio, un chipi chipi, enseguida la lluvia arreciaba hasta terminar en un estruendoso chaparrón.

Cuando era el padre Marcial Maciel quien dirigía la ovación, yo imaginaba que la tormenta iba más allá y los relámpagos comenzaban a perseguirlo y él se volvía loco de terror. ¡Cómo odiaba esos dedos! Aún puedo sentirlos en mi ano, y su mano sobre la mía obligándome a acariciarle el pene dizque por un permiso especial del Papa.

Aún hoy, cincuenta años después, puedo verlo entrar a mi cuarto en las noches de lluvia y sueño con que a los dos nos parte un rayo.

Llueve


 Sin saberlo de cierto, siente que afuera empieza a chispear. De lo que no tiene duda es de que lo llaman, lo exhortan a salir. Se dispone a hacerlo cuando arrecia la lluvia, ahora está seguro, será una tromba como las que no caen a menudo por aquí.

La voz del que lo invoca retumba ahora en su refugio, es un clamor que lo estremece, pero decide permanecer ahí un rato, por lo menos hasta que pase lo más intenso de ese llover que le cala hasta el tuétano aun sin haberlo tocado.

El agua comienza a trasminar la gruta y se le ocurre que es el terruño que llora por él. Cuando empieza a gotear se acurruca en un rincón, arropado con el sudario. Su nombre no ha dejado de sonar, es como si entre las paredes también se filtrara el llanto de sus hermanas aunado a los gritos de desesperación del Maestro conminándolo a dejar la cripta.

Por fin remueve la piedra sepulcral, ha escampado. Sin embargo, en la semipenumbra no hay rastro alguno de la multitud, ni de María ni de Martha... Sólo ve sentado en un charco de lodo —el pelo, la túnica y el manto empapados— a Jesús. El Rabí le escupe, lo mira con rencor y desprecio, se levanta y se aleja.

Lázaro otea el cielo y se percata de que llovizna de nuevo, regresa a la tumba y cierra la entrada.

8 jul 2004

Autorretrato de un recién venido al mundo

Esta mierda que veis aquí pintada, con mano temblorosa e igual color; aún ayer hedía más a muerto que a mero desperdicio intestinal.

El cuadro es imparcial testigo, mudo relator de portentos tales que de no ser el retrato copia fiel del narrador, nomás no me los creo.

Observad las arrugas, verdaderas hondas fosas cavadas por cien años, cada una con mil surcos arados otro tanto, y en cada surco fosas.

Mas no toquéis, que temo se desprendan pedazos de pellejo deste lienzo igual que desprendía gangrenados costrones de piel seca aquella cara.

Mirad también el cuerpo, es decir no miréis nada, sólo quedan cenizas donde fuego no hubo y menos llamas: inexistente rastro o huella mínima.

Pero voltead, conmigo contemplad al espejo la faz, la viva imagen de este bello varón de veinte abriles; joven, noble y egregio de verdad.

Este héroe que ayer apenas casi muerto vivía, casi vivo se moría; sordo y ciego, en su pus languidecía cuando de pronto al lado miró el áspid y al punto le vendió la su alma débil. No ha transcurrido, ¡júrolo!, ni un día.

5 jul 2004

Please allow me to introduce myself...

 Pleased to meet you, hope you guess my name.
But what's puzzling you? Is the nature of my game?
 ~Mick Jagger/Keith Richards

Abandoné la Creciente Fértil y recorrí todos los continentes del tercer planeta, e insatisfecho me alejé en busca de los mundos más remotos.

Innumerables veces vi ocultarse tras el horizonte los dos Soles de Woyaya. He sido testigo de cómo los recolectores del desierto en Munhytra se enfrascaban en crueles guerras cada año, al caer de los cometas de maná. Trashumé por décadas, a la retagurdia de una caravana de gjutavs, en Áscera Viris, y languidecí prisionero en las mazmorras de Celandi.

Estuve a sólo minutos luz de la Supernova del Cangrejo y escapé imbricando mi espíritu con los dragones de plasma de Kerancij. He sufrido metamorfosis, he transmigrado, reencarnado. Mi esencia se ha sublimado mil veces y mil veces se ha confundido con la de galaxias enteras...

Hice acto de presencia en guerras universales y en algunas otras que iban más allá del simple concepto de Universo. Conocí todo tipo de razas, todo tipo de religiones; los sistemas políticos más aberrantes y aquellos próximos a la perfección... ¡Me he bañado desnudo en el agua ultrapesada de Kfiomnoé!

Mas nunca desistió de perseguirme ese recuerdo. Por más que huí siempre me alcanzó su mirada: la mirada de Lucifer cuando lo precipité al abismo.

4 jul 2004

PLAUDITE·CIVES

Primer acto

Aparece el protagonista y decide que afectará, profunda e irremisiblemente, la vida de todos aquellos que lo rodean y la de muchos que ni siquiera lo conocen. Ha aceptado la responsabilidad y las consecuencias, entiende que la suerte está echada.

Segundo acto

Se da un minuto para meditar sobre el alcance de sus acciones, reafirma su compromiso y repasa en el cerebro la estrategia que le permitirá conseguir sus objetivos. Sabe que aquellos a quienes ama nunca lo perdonarán y que la Historia lo condenará a la ignominia.

Tercer acto

Entiende que no es posible dar marcha atrás, demasiado tarde. Aun así valora el costo de los pequeños detalles tácticos a los que puso suficiente atención. En el último momento resuelve, con arrojo y coraje, regresar al primer acto.

Primer acto

Aparece el protagonista...

2 jul 2004

Alternativa

Aún es de madrugada, se detiene ante la puerta y la golpea con el aldabón. Espera sólo un instante y escapa casi corriendo, sin voltear a ver si alguien ha respondido.

El día transcurre entre el tedio y el insoportable sufrimiento cotidianos. Al anochecer se sumerge impotente y asustado en las dolorosas horas de insomnio. Mañana tal vez no huya y aguarde valientemente a que le abran la Casa de la Muerte.

Pasa la duermevela añorando una época que no conoció sino a través de los abuelos. Todo era más sencillo cuando vivir para siempre no era una opción.

22 jun 2004

Leyenda

Los mugranchuk saben por qué la Luna siempre ofrece la misma cara a la Tierra:

En la antiguedad existían dos luminarias nocturnas, un espíritu viril y una hembra. El Sol empezó a sentir celos del amor que surgía entre los otros dos astros.

Incapaz de vigilarlos durante la noche, los hostigaba durante los eclipses, y los azotaba con tormentas solares cuando los atisbaba tras la curvatura de Thulcandra. En aquellos tiempos el Mundo era una esfera yerma, sin vida, cubierta por completo de agua.

En uno de esos eclipses, el Astro Rey capturó a Gondwana —así se llamaba la pareja de la Luna— y lo arrojó contra la Tierra.

El amante sucumbió en el cataclismo, mas forma desde entonces lo que hoy creemos que son las masas telúricas emergidas. La putrefacción de su cuerpo dura ya miles de millones de años, y ha dado origen a lo que conocemos como Vida.

La Luna, que desde entonces llora lágrimas de plata, no deja de contemplar los restos dispersos de su esposo.

El Sol sigue sin ser feliz, aún se consume, y no sabe por qué.

15 jun 2004

ECCE HUMO


Arrellanado en el reposet, sin perder detalle alguno del fútbol, el cigarro avienta una última bocanada hacia el interior del hombre. Luego apaga contra el cenicero los últimos restos cárnicos, y arroja la cabeza aplastada por la ventana que da al jardín... En algún lado leyó que sirven de abono.

13 jun 2004

Fumando en las estrellas


Toma dos puros del humidor y le ofrece uno a la alférez Mussié. Ambos comentan las excelentes propiedades higroscópicas de esta marca y el delicado aroma que la caracteriza. La coloración y la torcida, también perfectas.

Se turnan la lujosa guillotina de oro al nitruro de carbón para ejecutar cortes impecables, como si los hicieran en mantequilla. El teniente Bristow ofrece a su compañera el encendedor Zippo —recuerdo de la Academia Intergaláctica— y enciende los dos cigarros.

Dan un par de chupadas y escupen de manera estrepitosa, enseguida arrojan el resto al bote de basura. La alférez se disculpa y entra al baño. Su anfitrión se queda pensando en la yerba ik, lo único que se puede encontrar para fumar en este pinche planeta.

12 jun 2004

Genio y figura

Todas las noches llega a casa, se recuesta en el sofá, enciende un habano con la colilla del cigarrillo que aún sostiene entre los dedos, y prende el estéreo. Su esposa le pone las pantuflas y le sirve una cuba.

Siempre la misma rutina, incluso hoy, un par de horas después de que le han diagnosticado cáncer de pulmón. ¿Por qué habría de ser diferente?

11 jun 2004

Preludio a la Batalla de Little Big Horn

Tatanka Iyotake hizo un par de volutas y pidió a Tashunka Witko que pasara la chanunpa a Pelo Amarillo.

El general Custer, harto de tanta estupidez, no supo qué hacer excepto rechazar —con el gesto más amable de su repertorio— la pipa sagrada que le ofrecían. Enseguida, farfulló una ininteligible disculpa en el sentido de estar ya fumando su propio puro, mientras gesticulaba con el cigarro ante los atónitos líderes lakota y cheyenne.

8 jun 2004

Flor de andamio

Por momentos, soñaba en colores. Candela, ligeramente verde; claro, marrón muy claro —casi amarillento—, o colorado claro, de tono un poco más intenso, o colorado propiamente dicho —rojizo—, maduro, casi negro u obscuro brillante.

Sus desvaríos lo llevaban a las élites, se codeaba con abogados fumando robustos y panatela, catrines con sus petit corona, y políticos famosos a la Churchill con sus Lonsdale.

Sus visiones parecían catálogos, de figurados, por ejemplo: pirámides, torpedos, perfectos... ¡Ah!, un presidente. Vaya, hasta una culebra.

De pronto sintió que lo tomaban entre los dedos índice, cordial y pulgar —su cuerpo exangüe de fuego y tabaco— y lo aplastaban contra la mezcla todavía fresca, arriba de la sexta fila de ladrillos, en el tercer piso. Por primera vez se resignó a su destino, y murió como lo que siempre supo que era: delicado ovalado, sin filtro.

16 may 2004

Ennui


That nothing walks with aimless feet;
That not one life shall be destroy'd,
Or cast as rubbish to the void,
When God hath made the pile complete... ~ Alfred Tennyson

Dios se aburre, el tedio de tanta inmortalidad lo consume. Hoy toca a un querubín —de rostro ingenuo— divertirlo, quien a tal efecto le muestra, con gestos de prestidigitador, un armadillo. La Corte Celeste toda, atenta al truco, observa como el pobre animal se retuerce y arrúa de dolor mientras lo hacen bolita.

Yahvé recuerda que, de la docena y media de dasipódidos que creó, sólo una puede enroscarse sobre sí mismo. Sonríe durante un momento mas de inmediato se apaga para volver a su fastidio habitual, sin prestar atención a la sangre mezclada con vísceras delicuescentes que escurre de la improvisada pelota.

15 may 2004

El suplicio de Tántalo

El hermoso ángel se desnuda frente a Tántalo, ofreciéndole las poses más lascivas e inimaginabales. De pronto, aparece un televisor con el mismo documental de todos los días acerca del armadillo.

«... (R)ecurre a un interesante artilugio. En vista de que —como hemos dicho— la concha limita su movimiento, una vez que entran en un agujero sin salida, quedan varados. Si tenemos en cuenta lo poderoso de sus garras, ésto hace que sea imposible hacer que se desatore...»

El condenado, poco a poco, empieza a recordar..., temblando ante la inminencia de su castigo cotidiano. No puede remediarlo y se arroja de manera instintiva dentro del pequeño túnel, mientras que el alado verdugo se le aproxima con un palo de escoba en la mano.

"... El truco es el siguiente: se levanta la cola del animal —con sumo cuidado— se le introduce el dedo índice dentro del ano, y una vez que se siente el apretón —lo que significa que las garras se han relajado— se arrastra la presa hacia afuera."

30 abr 2004

AVISO URGENTE

• Hoy por la mañana, a las 11:00 hs., se escaparon los payasos del Circo Atayde. Se suplica a la población en general conservar la calma. El Ejército Mexicano ha sido destacado a diversos puntos de la Ciudad: templos, estadios y centros comerciales; sugerimos a todos mantenerse alejados del operativo.

• Cada hora se emitirá un boletín de prensa informando del desarrollo de los acontecimientos. ¡Estén pendientes!

• Si ven a un payaso, no intenten capturarlo —repetimos: ¡no intenten capturarlo!— los payasos pueden ser chistosos. Repetimos: ¡pueden ser chistosos! Llamen a Locatel o al *911.

• El Fondo de Cultura Económica ha ofrecido publicar una baraja con las fotografías de los prófugos. Estará desponible —a más tardar dentro de cuarenta y ocho horas— en puestos de periódicos y librerías.

• La carpa y demás instalaciones del circo han sido clausuradas, no intenten —repetimos: ¡no intenten!— acercarse.

El circo y sus personajes

¡Erria, Erria, damas y caballeros, niños y niñas! ¡Pasen a ver el circo, pasen a ver a sus personajes! ¡Vean al mismísimo Jesús, llamado el Cristo, clavado en la Cruz y escarnecido, véanlo clamar en vano a su Padre! ¡Sean testigos del juicio de Sócrates y asistan a su agonía luego de beber la cicuta —ustedes no, el filósofo— y llévense de bonito recuerdo un gallo para Esculapio!

¡Por primera y única ocasión asistan a la quema doble de herejes, por un solo boleto miren azorados la incineración de Giordano Bruno y «la pucelle d'Orléans»! ¡Angústiense mientras Jack el Destripador asesina a dos docenas de mujeres y mil curas pederastas son atrapados in flagrante delicto y de todos modos se salen con la suya, lloren con Boabdil lo que no supo defender como hombre, conozcan en vivo a Sadam Hussein disfrazado de Juan Bautista, acompañen a Hércules en sus trabajos, coman con Blanca Nieves la manzana envenenada y despierten al beso del Príncipe Encantado!

¡Como promoción especial se elegirán trece niñas —las más chulas— para que quemen los pies de Cuauhtémoc! ¡Aquellos cuyo boleto coincida con los tres últimos dígitos del melate arrancarán el cuero cabelludo a una tribu Sioux —se los ponemos atados de pies y manos [excepto mujeres y niños].

¡Para la función estelar tenemos los hornos de Hitler, al Papa y Mussolini firmando el Concordato de Letrán, la peste, la guillotina y —en exclusiva— auténticos marines yanquis arrojando chicas vietnamitas embarazadas desde auténticos helicópteros CH-3E —los famosos Jolly Green Giants!

¡Vengan, vengan!¡Se van a divertir como enanos!

29 abr 2004

Alturas

El Tiempo detuvo su fluir en esa carpa que para él era un templo. Ruidos y alientos se convirtieron en sólo un zumbido perpetuo, la atmósfera devino un cuerpo estático y borroso, y aquel aplauso con que lo había recibido el público se petrificó para la Eternidad —casi como él encima del trapecio.

Cuando los zopilotes terminaron de arrancar los últimos pedazos de pellejo seco a los huesos del acróbata, la vida recuperó el ritmo habitual de siempre y dio inicio el intermedio de los payasos.

...

[El hipotexto es, por supuesto, "Ein Trapezkünstler", de Kafka"]

24 abr 2004

Los personajes del circo

El príncipe Stolpestsky recibió por su décimo cumpleaños un circo en miniatura. La carpa, levantada en los jardines de palacio, permitía al niño pasearse a sus anchas alrededor de la pista. Si se exceptúan las gradas, la réplica era exacta y todos los aparatos funcionaban de verdad. Los artistas y operarios eran autómatas hechos con extrema meticulosidad, lo mismo que los animales. ¿La escenografía?, perfecta, instalada sobre un suelo de arcilla muy a propósito.

Asistía a las funciones en calidad de Dios asomándose tras una nube, nunca tenía invitados. Su adolescencia transcurrió estudiando cada detalle de los actos de acrobacia y funambulismo, de las representaciones del destacamento de payasos, del domador de gatos salvajes y de las hermosas amazonas vistiendo tutú... En una ocasión —manipulando no-se-sabe-qué poleas, palancas y resortes— escaparon los elefantes, destrozando una sección completa del parterre al que su madre profesaba gran afición.

Cuando llegó a la mayoría de edad, casaron al príncipe con cierta duquesa austriaca y arrumbaron el circo. Ella fue la mujer más feliz del planeta: su consorte jamás se le negaba, las proporciones del miembro viril eran perfectas; incansable —tanto en el dormitorio como en el salón—, no era celoso y le cumplía hasta el mínimo capricho. A la mujer sólo le molestaba —poquititito— el tic-tac que se escuchaba, poniendo mucha atención, en las madrugadas, poco antes de amanecer.

Talentos

El príncipe ve como se alejan los carromatos. Van todos: Blanca Nieves, con su número de catalepsia en el féretro de cristal; Los Siete Enanos, flamantes en sus trajes nuevos; La bruja Maléfica con su cuervo... En fin, ¡hasta el espejo mágico y el cazador de los corazones de jabalí han firmado contrato!

Sólo él ha sido rechazado, a su famoso beso no le encontraron nada espectacular.

23 abr 2004

Revisión ~Día del libro

El editor, en la nota de rechazo, le explicó que había demasiados personajes.

Tomó el escrito y lo sacudió con fuerza. Todos los personajes que carecían de un soporte firme se precipitaron al vacío.

Se encaminó a la Editorial. De pronto, puso el legajo en el piso y comenzó a brincarle encima. —Por si acaso... —murmuraba, mientras recogía la novela.

Pp. 34 y sigs.

 La trampa está en la página treinta y cuatro. Después, nadie puede dejar el libro.

24 mar 2004

La vaca sagrada

Desde muy niña se había resistido a realizar esfuerzo alguno, pasaba el tiempo tirada junto a la milpa, viendo las nubes. Observaba con envidia a las vacas, que no hacían más que comer y dormir. Eso es lo que quería ser en la vida: ¡Una vaca echada!

El día que cumplió dieciocho años, doña Petra —su madre— siendo medio bruja, le dio unas yerbas. A la mañana siguiente devino vaca. Todos quedaron conformes. Los padres, pensando que habían adquirido un animal más para el rebaño, la muchacha, feliz de haber cumplido sus expectativas en la vida.

Fue a tumbarse a la sombra de un sauce y se puso a rumiar. Siempre había sido una chiquilla consentida y éso no cambió. Sus hermanos le dejaban a diario un par de pacas de alfalfa y un costal repleto de alimento balanceado.

La vida no podía ir mejor para ella hasta que, una tarde, cruzó la besana el toro de don Trinidad. No tuvo fuerzas para correr..., ni ganas

10 mar 2004

Evolución

Ñgogo ha esperado al Sol toda la noche. Se preparó durante años para este momento. Cuando la luminaria surja del horizonte, se erguirá como ninguno de su especie lo ha hecho nunca. A partir de hoy guiará a la tribu y la horda toda le rendirá pleitesía.

Ha tensado los músculos, ha calculado cada movimiento —imagina a todas las mujeres que va a gozar, los exquisitos manjares sobre los que tendrá prioridad. Aspira el céfiro de la aurora que viene mientras su espíritu habita el futuro... Las leyendas cantarán las hazañas de quien venciera para siempre la esclavitud de las cuatro patas.

De reojo observa como, junto a la hoguera, sus congéneres se revuelcan abotagados por la comilona de la noche anterior. Yacen apilados, promiscuos y sin preocupación alguna... Piensa que, de cierta manera, son más felices que él con tantos estúpidos sueños.

Aún no amanece cuando Ñgogo se arrastra hacia el abrigo del fuego. Tratando de no molestar, busca un hueco entre una mujer llena de mugre y un hombre con olor a vómito.

Tal vez mañana...

7 mar 2004

Neutrones

—¡Eeeh! —gritó una vez más —¿Hay alguien allí?

En ese instante, la esquina le devolvió su propia voz, la de unos minutos antes. —Soy yo, un ser humano, ¿alguien me escucha...?

Así había sido la noche anterior y la anterior. Lo mismo que hace un par de años, cuando perdió la esperanza.

Pronto se cumplirían cuatro décadas desde aquella vez en la oscuridad, cuando se despertó único sobreviviente del bombardeo.

—¿Qué fue éso? ¡Mamá! ¡¡Mamacita!! ¿Dónde están todos?

5 mar 2004

La casa por el tejado

El Sultán duda de que este chico triunfe. Piensa que será una lástima verlo decapitado.

—¿Dices que construirás una casa partiendo del tejado? ¡Ea! Mas recuerda el hacha del verdugo.

—Su majestad —respondió el pretendiente— con vuestra venia—. Se inclinó respetuosamente y convocó a su cuadrilla.

Los albañiles fueron traslapando las tejas, uniéndolas entre sí y con la techumbre usando mortero. Continuaron con las vigas de sustentación, las viguetas y los travesaños.

Al día siguiente, y mientras la Princesa asomaba entre las cortinas de Palacio, colocaron con precisión las dalas y las columnas de piedra, a las que adosaron los muros de tabique.

—¡Vaya! —Exclamó el soberano—, avanzas. —Y susurró— he apostado por ti.

Colocaron las ventanas y puertas en los vanos, siguieron con las baldosas, el solar y el relleno, sin descuidar —por supuesto— ni el drenaje ni el resto de los servicios.

Al tercer día, el Sultán convocó a sus súbditos y, mientras se concluían los cimientos, dió la orden al pregonero de leer el bando.

«Yo, padre de mi querido pueblo por la gracia del Profeta, concedo la mano de mi preciado tesoro a este joven que de manera tan brillante ha sabido conquistarla.»

Alrrededor de la ahora famosa casa, cientos de curiosos —deseosos de admirar y tener para contar— se paran de manos.

17 feb 2004

Mt 26:39; Mc 14:32-36; Lc 22:42-44 [El Santo Grial]


Jesús suplicaba al Padre, le pedía fuerza para resistir la prueba. Era terrible sentir, en un solo instante, el peso de todos los pecados del mundo.

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En el año de 1997, en el Monte de Los Olivos, varios trabajadores que apuntalaban una sección del cementerio, descubrieron un antiguo esqueleto: Estaba en posición fetal mas con el cuello torcido, y las cuencas vacías apuntando al cielo. Atorado entre los brazos y el esternón, había un cáliz de oro.

15 feb 2004

Hastío

Veía la vida color de rosa, ¡soñaba color de rosa! Triste, aburrido, víctima de la desesperanza, se pegó un tiro. Le habían dicho que la muerte sí tiene el espectro completo... Y blanco y negro además.

13 feb 2004

Horrores

La Cosa del Infierno estaba junto a la chimenea, agazapada. La niñita se acercó, demasiado, en persecución del carrito de juguete. Los otros niños y los padres vieron la ameneza, estos trataron de rescatar a su hija y aquellos intentaron huir. Mas todos quedaron paralizados, de terror.

También me quedé petrificado, el susto me inmovilizó. Han pasado seis días y nadie se pudo mover. Los cadáveres de los humanos siguen allí, estáticos, no soporto el hedor. He durado un poco más pero ya no resisto, estoy a punto de morir de miedo... Soy la Cosa del Infierno.

10 feb 2004

Cazadoras

—Los animales, hija mía, no tienen sentimientos... ¡Acá, alcánzame la parrilla, eso...! —decía la madre mientras desollaba la presa— pero son capaces de sufrir...

—...Claro que no son seres racionales, ah, y no ven todos los colores que disfrutamos nosotras... ¡te va a salpicar la sangre, retírate un poco! —seguía su lección y trabajaba con el cuchillo al mismo tiempo.

 ¡Ya está! —exlamó, y ambas se arrodillaron. El fuego estaba a punto.

 —Nunca olvides, mi pequeña, que somos discípulas del Sagrado Camino y nunca matamos por placer, sólo lo que nos vamos a comer y... —acortó el discurso al observar los ojos hambrientos de la niña— nunca cazamos nada que tenga cuatro patas, sólo humanos... ¡Da gracias conmigo!

6 feb 2004

Reflexiones especulares hex

El vampiro se miró al espejo y escuchó un estruendo, hizo un esfuerzo por no aspirar la fetidez de la muerte que inundaba la estancia, y un escalofrío de horror violentó su cuerpo. Se relamió los labios con sabor a vitriolo y se alejó triste, tétrico y desilusionado.¡¡Ningún reflejo!!

4 feb 2004

Musa

—¿Qué te molesta, amor mío? ¿Que sacie mi sed con la música de tus movimientos?, ¿que me coma hasta la última de tus miradas?, ¿que me extasíe olisqueando tus besos?, ¿que por las noches me arrope con tu fragancia?, ¿que moje mi piel con la tuya...?

—¡¡Todo!!, ¡me molesta todo! ¡Toda tu pinche dizque poesía de mierda!, ¡Tanta mamada tan pendeja! ¿Pero sabes qué, ¡sabes qué!? Lo que ya no aguanto es que seas un güevón jodido. ¡En tres años no me has dado un quinto! ¡Ni un puto quinto! ¿¡Me escuchas...!?

... —¿Que me ponga chinito del cuero con tus palabras...?

22 ene 2004

Precipicios

 ¡Inclínate ante mí! —gritaba Yahvé al impertérrito Lucifer— ¡¡Humíllate!!

Mas el ángel caído nunca le rendiría vasallaje. Al menos de éso podría vanagloriarse, a pesar de haber perdido.

El Creador, entonces, ordenó que precipitaran a su enemigo, hacia la sima infinita.

Satanás sonrió mientras desaparecía en el abismo... Fue demasiado: Dios, ciego de orgullo, se arrojó también.

Orgullo

—Nos amaremos y volverás a ser un hermoso príncipe —le dijo la doncella, abrazándolo con ternura.

—¿Q-qué..? —gruñó él.

—Que voy a romper el hechizo... —contestó Bella mientras dejaba caer sus ropas.

—¿Bestia yo! ¿¡Yo!? —le interrumpió furioso el energúmeno, y un tremendo zarpazo arrancó de cuajo la cabeza de la pobre muchacha.

19 ene 2004

Educación dinámica

Todos piensan en las palabras del maestro: «La letra con sangre entra...» Y reflexionan también sobre la lección que ellos mismos se han dado hoy, mientras escuchan ese silencio cómplice —tan espeso— que emana del cuerpo tasajeado del pobre hombre.

18 ene 2004

Las Dividivis

Cuando hubo terminado su acto, Mimo Arcángel recogió su bote y enfiló hacia la callejuela de Manzanares. En la fondita lo recibieron Yahvé y Lucifer, los otros aún no llegaban, venían de más lejos.

La situación económica cada vez se ponía más difícil y todos estaban aburridos, ésa fue la noche que decidieron meterse de putas.

17 ene 2004

Stromboli


 —Mira —le musita con ternura a su amada— son las golondrinas que vuelven de lugares perdidos.

—No —contesta ella —son mis besos, ávidos de tu boca, que surcan el cielo en pos de su nido.

El profesor Hühnerherz interrumpió, aterrorizado, la escena: —¡Son bombas de lava candente! ¡Es el fin!, ¡¡corran!!

16 ene 2004

Reflexiones especulares pent

 El vampiro se vanagloriaba frente al espejo. Era en verdad el ser más hermoso de la Creación, el orgullo de su raza...

—¡Ay de mí! —se lamentaba—. ¡Si me reflejaras tan sólo un poco, vidrio maldito!

14 ene 2004

Mar y tierra

Asomadas a la dársena, las sirenas ven a las rameras abrirse para los estibadores y fingir gemidos ante sus acometidas. Morbosas tuercen la boca y cierran asustadas los ojos, después esperan atentas a que las mujeres salgan contoneándose sobre sus zapatos de tacón. ¡Aquello es en un vomitadero!

12 ene 2004

Querer tanto

Camino de la puerta le susurró al cantinero —¿Sabes una cosa? Apenas voy a matarla y ya la estoy extrañando.

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La anciana le sonríe con la mirada perdida. El hombre, ahogado en lágrimas, le suplica —¡Mamacita, perdóname!

7 ene 2004

Ocho variaciones sobre un mismo espejo

Desde el otro lado la mira un caballero de frac, capa y colmillos. Alicia, asustada, comprueba que sigue sola en la habitación. Retrocede unos pasos, cierra los ojos, se cubre la cara y brinca.

Al despertar Gregorio Samsa sus ojos compuestos quedan atónitos frente al fantástico caleidoscopio que adornaba su tocador.

En el tomo XLIX de la Anglo-American Cyclopedia había un espejo. Borges quiso reflejarse, mas constató que las imágenes de los ciegos no son devueltas por estos instrumentos. Le pidió a Bioy Casares que se asomara: A él sí pudo verlo.

Aquella tarde Emma se miró —como de costumbre— en la luna de su boudoir. Como de costumbre llegaría con retraso a otra cita —en este caso la última.

Dorian Gray observa cómo el espejo acumula el paso de los años —años ante los que el dandy permanece intacto. El decrépíto anciano dedica unos minutos a limpiar la plateada superficie. Media hora después, el espejo aún oye la tos sanguinolenta que se aleja por el empedrado.

El estanque se contempla en los ojos color cielo de Narciso. Enamorado de sí mismo suplica al mancebo que nunca lo deje. En el momento que éste intenta regresar con Eco, el espejo de agua lo convierte en flor.

Don Juan Tenorio se apresura con la vituallas. Sabe que hoy a medianoche, en el espejo, tiene convidado al Comendador de Ulloa.

Edgar Allan Poe cubrió con el enorme espejo la recién tapiada tumba de su secreto enemigo, a quien engatusara con el cuento del barril de amontillado. El vino, por otra parte, resultó excelente.

Drácula no se vio con el rabillo del ojo en el espejo de la cripta, con el alma en vilo se acercó y suspiró aliviado, ahí estaba su propia imagen, como siempre.

6 ene 2004

Reflexiones especulares qat

Tres horas de estarse espiando y buscándose en el espejo disiparon todas sus dudas.  Son sólo leyendas, las imágenes de los vampiros... ¡no existen!

5 ene 2004

Cinegética

Es una selva umbría, o no lo es. Se parece más a la floresta aquella de los cuentos infantiles —tal vez de otros cuentos—, un sotobosque exhuberante y árboles frondosos de sol.

Suena un tiro, o no suena. Dicho suceso asemeja más la intención de un tiro, una prefiguración atávica en dirección opuesta a la flecha del tiempo. Es el vuelo sutil del dardo de una ballesta.

La liebre cae herida, o al menos eso cree la bestia cuando es tocada por el proyectil. Y lo sigue creyendo hasta que llega la rauda jauría que no encuentra sino el rastro de una presa que logró escapar, dejando atrás un cazador fortuito que a cincuenta pasos trata de reparar el arma que, tras la triscazón, le negó el disparo.

1 ene 2004

Reflexiones especulares ter

Del susto, pega tremendo brinco.  Aún no se acostumbra a estos novedosos espejos electrónicos que, gracias a un sofisticado programa, logran una muy fiel aproximación de la hasta hace poco irreproducible imagen de los vampiros.

—¡Tantos adelantos modernos!  De alguna manera, la sangre artificial sí que fue un avance necesario.  Pero esto de reflejarse... ¡no es más que un grosero atentado contra la tradición!