30 jun 2012

La rana, la mantequilla y el deber cumplido

Cierta tarde, al ocaso, persiguiendo un chapulín, la rana cayó en una cubeta llena con leche hasta la mitad. Pensó en dejar de moverse pero, como había leído la fábula de Esopo, empezó a patalear para convertir la leche en mantequilla, y pataleó toda la noche.

En el fresco de la mañana, parecía que estaba a punto de escapar, unos minutos más de furiosas patadas y tendría una superficie sólida desde donde saltar a la libertad.

De pronto, el Sol asomó tras la copa de un árbol, y casi de inmediato la temperatura comenzó a subir. La mantequilla se derritió y la rana —exhausta— se hundió, cuando sólo le quedaba fuera la cabeza, se le vio sonreír: había hecho todo lo que de ella dependía para salvarse.

· Moraleja · Mañana, querido Pueblo de México, ¿estaremos dispuestos a hacer todo cuanto de nosotros dependa para que no regrese el PRI?

25 jun 2012

Dos náufragos

Cuando el náufrago alcanzó la isla, yo también estaba exhausto. Cuál fue nuestra sorpresa al encontrar la isla ya ocupada. Las largas blancas barbas y la melena de igual color daban fe de prioridad, así que tuve que poner a mi personaje a nadar de nuevo.

¡Caray! Ésto de la crisis laboral se pone cada vez más cabrón.

Dedicada, con afecto, a Elisa de Armas ·

6 jun 2012

Esperanza

Es el espejismo de la Bahía Dorada la que impulsa sus velas, aquella deliciosa bailarina con el vientre desnudo y un tarro helado de cerveza de Byblos. Mas el camello no resiste más y la tormenta de arena termina al fin por derribarlos a ambos, ahora no le queda más que soñar con que ha llegado náufrago a una isla desierta y que pronto vendrá un navío sirio a rescatarlo.