29 dic 2003

Quinceañera

A las ánimas que emprenden la última jornada, la Muerte otorga gracia de repetir veinticuatro horas del tránsito terrenal que acaban de concluir. Karime escogió su Fiesta de Quince Años:

Se levantó con el amanecer a importunar a todos, insistiendo sobre la perfección de cada detalle, riñéndoles por no adorarla —cual debe— a pocas horas de la noche más importante del Siglo. Para la tarde, había descubierto que la indiferencia era la mejor descripción aplicable a quienes la rodeaban. Antes —años antes— no lo notó. Mas ahora percibía, en sus padres, angustia ante tanto inútil derroche; en los hermanos, fastidio —y euforia anticipada de la borrachera—; en las amigas, envidia y una sorda pugna por encontrarle defectos y vulgaridad a los preparativos; y en los chambelanes, lúbricas ansias de manosearla... ¡otra vez!

Mientras descendía del falso mezzanine, al ritmo del disco con la marcha triunfal de Aída, se percató horrorizada de lo churrigueresco del vestido; de las ridículas coreografías —hielo seco y balaustrada de papel maché— y de lo estúpido del primer vals y el último juguete. Sentía que infinidad de miradas se burlaban de ella. ¡Su existencia había sido un engaño!

Salió corriendo del salón, abatida por la desesperanza. En la puerta aguardaba, cruel y siniestra, doña Parca, desternillándose a carcajadas.

22 dic 2003

En uno de los Diálogos Apócrifos, Platón pone en boca de Sócrates el recuento de una de las hazañas del Pueblo de los Glugluditas.

Partieron en busca del famoso Vellocino de Platino Empiojado de Záfiros, Esmeraldas y Rubíes. Para confortar el ánimo y no disminuir el arrojo, do quiera que iban cantaban su himno:

—¡Somos los glugluditas, somos los glugluditas...!

Atravesaron el desierto, nunca retrocediendo:

—¡Somos los glugluditas, somos los glugluditas...!

Cruzaron el Cáucaso, siempre avanzando:

—¡Somos los glugluditas, somos los glugluditas...!

Se enfrentaron a los cíclopes y los vencieron:

—¡Somos los glugluditas, somos los glugluditas...!

Y se lanzaron, por fin, a las aguas del Mar Caspio:

—¡Somos los glugluditas, somos los glugluditas! ¡¡Glu-glu-glu-glug-glugd-lggdgg-glgldddglg!!

14 dic 2003

El Fin de la Historia

Afuera, el Pequeño Gigante asuela Europa, el Sordo escucha por última vez aquella sinfonía tercera y el Sabio Ignorante concluye frenético su obra magna... Sólo para que la fértil aridez de un vientre de siete años albergue las tormentas inmóviles de nueve soldados borrachos.

Afuera, además, es Jena.

11 dic 2003

El experimento de la gruta

Imaginad una oscura prisión subterránea. En ella, un grupo de seres humanos ha permanecido encadenado desde la infancia, el rostro siempre vuelto hacia un mismo sitio. Se han tomado las medidas suficientes y necesarias para que los sujetos —aislados de cualesquier experiencia sensorial— sobrevivan hasta la edad adulta. Sin conocer otra forma de estar vivos, existen satisfechos. Si fueran liberados, serían incapaces de valerse por sí mismos. A la entrada de la caverna —muy lejos y fuera del alcance perceptual de estos hombres y mujeres de laboratorio— comienza a reunirse el equipo interdisciplinario de científicos y filósofos: hay dispuesta una sala de prensa con tecnología de punta y enlaces a los principales medios de comunicación. Se cuchichean especulaciones y se arrojan unos a otros hipótesis sobre horrores, sorpresas, verdades y condiciones, pero sobre todo se debate acerca de las Ideas.

Imaginaos la hoguera que se enciende, a los titiriteros con el espectáculo de sombras chinescas a punto, y ese silencio absoluto. Ved, cerrad vuestros ojos y juzgad: La desesperación de tanta eminencia y tanta testa laureada cuando se descubre que sus miserables víctimas hace mucho que son ciegos. Oíd la gruta inundándose de las recriminaciones y las invectivas de aquellos sabios, y de los alaridos de azoro, miedo y placer de quienes por vez primera huelen humo, escuchan crepitares, conocen el calor... Estos infelices, aun sin ojos..., ¡ven!

8 dic 2003

Vertere

Maniobra con un movimiento aun para él imperceptible y sale de la curva. Micra a micra pisa el acelerador hasta que con la punta del pie lo ha sellado al piso. En el instante que alcanza la recta final los otros competidores son sólo manchas de colores que van quedando atrás una a una. Adelante no hay nada excepto el horizonte de la victoria. Conforme el auto se aferra tenaz a la pista él sabe que vuela cada vez a mayor altura. La velocidad del Fórmula-1 aumenta de manera inversamente proporcional a la velocidad del tiempo —que corre cada vez con mayor lentitud. Justo cuando va a cruzar la meta, el tiempo se ha detenido por completo y, ante la desesperación del piloto, comienza a transcurrir hacia atrás, hacia el ayer, con lentitud..., y luego más y más rápido.

7 dic 2003

Punch line

La broma haría historia entre los contertulios de La Reina Mora. Repitió por enésima vez las instrucciones:

«A punto de romper su propio record Miguel Zurdo Carranza se pone al bat. Le lanzan, pega de hit, corre a primera, a segunda, a tercera y ¡¡¡camelloooooooooooo!!!» En ese momento todos debían estallar en estentóreas y fingidas risotadas haciendo quedar a Gutierritos como un imbécil, siendo el único que no entendiese el supuesto chascarrillo. La víctima llegó puntual a la inexistente cita según su costumbre de todos los viernes. Al concluir los saludos de rigor el organizador de la burla dio inicio al cuento, manifestando que lo acababa de oír y era de lo más cómico.

«A punto de romper su propio record Miguel Zurdo Carranza se pone al bat. Le lanzan, pega de hit, corre a primera, a segunda a tercera y ¡¡¡camelloooooooooooo!!!» Ante su sorpresa todos —también Gutierritos— comenzaron a desternillarse de risa, algunos de sus co-conspiradores incluso tirándose al suelo incapaces de sostenerse en pie. Notó atónito que hacia las mesas vecinas, entre quienes habían escuchado, la hilaridad se desperdigaba desenfrenada. Muy pronto la cantina entera estaba en un estado de euforia total, algunos salían corriendo a la calle a compartir el mejor chiste de sus vidas.

Cuando nuestro protagonista sale a la calle observa que docenas de gentes detienen a los transeúntes que de inmediato se deshacen en carcajadas. Acongojado y sin comprender lo que había pasado intenta sin éxito reír, esbozar siquiera una sonrisa... No puede.

4 dic 2003

Año 537 de la Hégira

Bajo esta lápida yace el célebre eunuco Zhakar al-Misraji
quien, con todo y tanta fama, en vida nunca yació con nadie·

Capricho de hada

Aquí yace Cascabel
Los Dioses le concedieron vida eterna
pero igual, quiso tener su epitafio

3 dic 2003

Exboto

«Virgencita tonazin por tu intersedida me paraste de guelta ami marido que ya nomas no queria y que gracias que la comadre jacaranda me gravo de la teleel anuncio onde salia Pele o rei anunciando el miagra y mi aljonzo la tomo la pastiyita asul esa y yo ende lo vi todo como jonas el burro senti que aquiecito de mis piernitas me iba a morir y de mis chichis como ansina me daban ganas de arañarle su cosita porque con el miagra me usa los lunes y luego los martes y los sabados y los dias que me quiere usar y yostoy requetecontenta que antes ya me iba a condenar si dejaba quel señor cura me metiera su berga manque diole permiso el sr ovizpo mi compadre lusiano el de la jarsieria no cuenta porque me la metio dedetras y yo se la cage de caca y dice que ledio asco y se salio recibe la foto santa de emondo arantes do naisimeinto pele o rey imajen poderosa ni leaunque queste negrito asinita me la remoge en mi ñoñoñoy de mi panocha que me dijo doña petra la shirga y del cartoncito de la primera miagra le ise su marqito Muncho te estube pidiendo y me lo torgaste que se tomara la miagra bendita ya ora astadel gusto lo traigo a mi poncho vienbien arreglado y cuando pasa con su taxi me pita el pito y yo manque ande en la milpa corrio a saludarlo y si le dal tiempo nos ponemos a cojer un rapidin que le diceel y quien sabe que toditos calsones ya ni me pongo o me los zaco a las puras prisas si lo dibiso por la curba quesque se me ase agua la voca de acolumbrar su esa dado en nuestro señor san fransisco de chonacatlan el dose de diciembre de 1994.»

1 dic 2003

Crisálidas

Tras limpiar con mierda su transgresión, los tres tristes travestis se trocaron, luego de izar las alas iridiscentes, en erguidos arcángeles. Algo reticentes, sin embargo, se fueron volando paso a pasito, como si no quisieran regresar al cielo.

24 nov 2003

Stabat Mater

María aguarda a la sombra de la Cruz. Cómplice y piadoso, el legionario romano, con su lanza, acerca a los labios de Jesús la esponja empapada con la tisana de hoja kemqhet. La bruja ha garantizado a tan amantísima madre que, con esta pócima, su hijo debe resucitar en tres días. 

22 nov 2003

Fronteras

De noche licas el recuerdo del sol de día que achicharra tus recuerdos: tu mamacita y tus manitos, los mangos podridos de Orimba, las blusas turgentes de las niñas prietotas del sexto, los laureles de la plaza y las güeritas del rancho los domingos agarradas de sus viejos, con sus trenzotas y toda esa ropa que las calcina como a ti, después que se hace de día, ese sol dejándose perseguir de tanto culero desquiciado, siempre camino de la frontera, cuerdos na'más a cuenta de los dólares que les atiborraron los sueños en el río junto al cirián un Sábado de Gloria.

Tus agujeros apestan de puro puto bicharajo que se secó ahí dentro ayuno de sangre porque con los tumbos de la carretera jugabas a despachurrarlos con el culo. ¡Estás loco!, may, desa locura que te anima a cruzar la frontera, para que tu papá esté orgulloso allá en el cielo, como cuando te dieron el cabrón diploma y entre sollozos te dijo "Profe", y casi luego luego se murió, como igual te moriste tú, nomás bajando del trailer. A lo mejor te da tiempo, ¡pinche tan pendejo! , échate otro carrujo, chingá, pero pélale, ya te quedan pocos pellejos y tu calaca ya mero se queda limpiecita, pa' que puedas cruzar la mera mera frontera, ¡la mera mera!

Bajo una palapa

Ve pasar las estaciones y permanece incólume aun si hay huracán, tampoco se inmuta cuando viene el médico a revisar los catéteres que le administran nutrientes básicos ni cuando su guardián llama a los fontaneros para que cambien los filtros de la enorme tina en la que vive desnudo, en cuclillas, con la mirada perdida en la playa que el mar devora y devuelve a diario. A ratos, y por lapsos muy breves, cierra los ojos, se supone que duerme.

Dicen que está loco...

19 nov 2003

El Arte de la Guerra


Ocupado en inspirar a Sun Tsu, no puso atención a la remesa de almas que acababa de llegar, muchas de ellas que, de seguro, en vida fueron soldados.

Luzbel se concentró y casi pudo sentir la mano del gran estratega escribiendo:

«No hay mejor victoria que evitar las grandes batallas.»

—... ¡Si lo hubiera pensado antes!

17 nov 2003

Abismo interior

Es la víspera y vela sus armas...

A ratos trata de hallar consuelo pensando en el fuego que ha robado para los hombres y en la posibilidad del triunfo. Luego se estremece acongojado al imaginar el valle de lágrimas que será el Mundo, si Yahvé se alza con la victoria.

Es la víspera, y Lucifer Arcángel vela sus armas.

3 nov 2003

Insolubilia (Cambios)

La nave está a punto de atravesar ese umbral —paradójico e ignoto— en donde el Universo se toca con su imagen especular, su universo gemelo. La élite científica de la Galaxia —a cargo de instrumentos desarrollados a través de seis siglos— describirá con meticulosidad todos los cambios físicos que han de sufrir, tanto la materia inerte como los cuerpos orgánicos. Arriesgan la vida, mas estos héroes descifrarán las claves ocultas del Cosmos. Cuando entran a la zona desconocida, la misión entera contiene la respirciòn, porestando tenzioon uooızuǝʇ opuɐʇsǝɹod 'uòıɔɹıdsǝɹ ɐl ǝuǝıʇuoɔ ɐɹǝʇuǝ uóısıɯ ɐl 'ɐpıɔouoɔsǝp ɐuoz ɐl ɐ uɐɹʇuǝ opuɐnɔ˙soɯsoɔ lǝp sɐʇlnɔo sǝʌɐlɔ sɐl uáɹɐɹɟıɔsǝp sǝoɹéɥ sollǝnbɐ sɐɯ 'ǝɯɹouǝ sǝ ɐpıʌ ɐl ǝpoƃsǝıɹ lǝ ˙soɔıuáƃɹo sodɹǝnɔ sol oɯoɔ ǝʇɹǝuı ɐıɹǝʇɐɯ ɐl oʇuɐʇ 'ɹıɹɟns ǝp uɐɥ ǝnb soɔısíɟ soıqɯɐɔ sol sopoʇ pɐpısolnɔıʇǝɯ uoɔ áɹıqıɹɔsǝp —solƃıs sıǝs ǝp séʌɐɹʇ ɐ sopɐlloɹɹɐsǝp soʇuǝɯnɹʇsuı ǝp oƃɹɐɔ ɐ— ɐıxɐlɐƃ ɐl ǝp ɐɔıɟíʇuǝıɔ ǝʇılé ɐl ˙olǝɯǝƃ osɹǝʌıun ns ɹɐlnɔǝdsǝ uǝƃɐɯı ns uoɔ ɐɔoʇ ǝs osɹǝʌıun lǝ ǝpuop uǝ —oʇouƃı ǝ oɔıɾópɐɹɐd— lɐɹqɯn ǝsǝ ɹɐsǝʌɐɹʇɐ ǝp oʇund ɐ áʇsǝ ǝʌɐu ɐl hasta qeue entienden, desilusionados, que no va a pasar nada, !!nada de nada!!

31 oct 2003

Aparición

¡Órale cabrón!, ¡ya mero llegas! O qué, ¿te me vas a rajar? Mira que tanta pinche sangre y pa' nada... Que t'inyecten la otra, te dije, manquestén más caras. Dile a la monjita que deje de estar pendejeando dizque tomando la presión y que te ponga guso de vuelta —y a tu puta vieja que le chingue con el petate, que una cosa es que se manche de tus rodillas sacríficas y otra con tanta güey meada. ¡Te dije dende Peralvillo, 'ora no te la vas'acabar, ni modo de comprar estos sombreritos con estampita y las jijas cocas a quince pesos! Por eso nunca les hago caso, 'tán jo-didos, carajos peregrinos pachecos, ¡váyanse mejor de chalmeros a Chalma...!, ¡no mamen, hijuesús!

Antes nomás venían borrachos.

30 oct 2003

El árbol de la ciudad de las noches tristes



Ya nadie le hace caso, como si fuera invisible, es un ahuehuete que alguna vez tuvo siete siglos encima. Años atrás un desquiciado le prendió fuego y, poco después —como igual ya quería morirse de la nostalgia del agua viva— se secó. Pero allí lo tienen: sigue erguido a base de inyecciones de cemento y cédulas museográficas.

Una pareja se besa en el chipichipi —ella tiene lágrimas en los ojos. Cuando se vayan, yo también me detendré a llorar tantito.

9 oct 2003

Contrato de evasión

Harto de los pequeños compromisos de la vida cotidiana, juras nunca volver a preocuparte por nimiedades.

Cuando te ves en el espejo suspiras aliviado. Además, el kepí de la Legión Extranjera combina con el color de tus ojos.

7 oct 2003

El Centinela de la Galaxia

Nada más por suerte logró escapar del Torbellino de Megara. Aparca su vehículo averiado en un asteroide remoto cuando de súbito es víctima de una andanada de rayos mnesi-uberquánticos a la que él responde con lo único que le queda: una bomba de superpresión...

—¡La olla express! ¡¡Mi mamá va a matarme!!

6 oct 2003

La insoportable levedad del fut

El partido no era tan importante, pero se había propuesto no perderse ninguno, su lealtad de hincha es a toda prueba. Las papitas, las cervezas, su esposa en casa de la suegra, el teléfono desconectado, su hijo... ¡su hijo! ¿Cómo pudo olvidarlo? Hoy se jugaba la final y prometió estar ahí. Hizo el intento de incorporarse, su mente resolvió que aún estaba a tiempo de llegar al campo, fue su cuerpo el que se negó a ir.

4 oct 2003

Pena

Se trataba de una falta venial pero, de acuerdo al estricto sistema disciplinario de su profesor, debía ser castigada. Una reprimenda y un correctivo: limpiar el pizarrón después de clase.

Tras escucharse el timbre, ella estaba de pie, sola enmedio del aula. Él la miraba severo, extendiéndole el trapo y la cubeta. La chiquilla levantó con el dedo cordial quince centímetros de la falda —muy lentamente—... Garbosa, dio la vuelta y abandonó la escuela.

El maestro se retiró algo más tarde, cuando hubo terminado.

2 oct 2003

Excusas

Al primer timbrazo, su mente comienza a elucubrar pretextos, a cual más creativo —seguro quieren endilgarle una de esas entrevistas laborales que consigue su esposa. ¡Dos, tres, cuatro ring-rines! Su cerebro trabaja al máximo, miles de historias le pasan por la cabeza, mas no concreta nada y por un instante cree que, ahora sí, tendrá que descolgar el aparato y decir: «Diga».

Pero es muy tarde, no se le ocurre nada y el teléfono guarda un silencio total. Pronto sus pensamientos divagan a la velocidad habitual y él ha regresado a su profundo y tranquilo letargo.

18 sep 2003

Campanadas


El Mago Zapatero está por perder el quicio debido a los gritos y manotazos de la furiosa cliente, un sudor de hielo ha empapado su túnica y el estomago le arde en llamas.  Mas también lo consume el orgullo, nunca ha pergeñado par tan soberbio: en esmeralda salpicada de rubíes, con forros de piel de unicornio y suela de oro y plata.

Sólo falta que sus nerviosas manos incrusten los diamantes que rematan los tacones de zafiro...  El Hada Madrina apenas si lo deja terminar, le arrebata las zapatillas y se transporta de inmediato a casa de Cenicienta. Va dando tumbos, vuelta malhayas y conjuros, temerosa de que su niña calce esas otras porquerías de vidrio que le quedan guangas.

17 sep 2003

Ecos

Desde la neblina escucho que se acerca un par de zapatos de tacón. No es mi imaginación, veo que los pocos transeúntes a la luz de la Luna también levantan la cabeza..., ¡o tal vez sí!. Desde que se extinguieron las mujeres, nuestros deseos tienen vida propia.

16 sep 2003

De cabezas y calcañares

Ya se van Adán y Eva, cuando Yahvé los alcanza y le tiende a ella un par de zapatos de tacón.

 —Para las serpientes —le dice.

15 sep 2003

Inmigrantes


El museo siempre se abarrota en días festivos, sus tres dimensiones son recorridas por la alharaca de los niños, la culta circunspección de los adultos y la nostalgia de los relatos de los muy ancianos, quienes aún conservan algún huesecillo vestigial.

En la sala dedicada a las extremidades inferiores, las urnas, presurizadas y transparentes, exhiben toda clase de zapatos de tacón —calzado de dama bajo, alto y altísimo—, botas de minero y de alpinista, lujosas zapatillas, mocasines, borceguíes, zuecos, bostonianos, plataformas, de distintas épocas y de todos los pueblos antiguos. La muestra se ambienta con extraños tabaleos, de diferentes tonos e intensidades, acústica reminiscente de tiempos idos.

Niñas y mujeres sienten un ligero escozor en su aleta caudal cuando los guías explican el uso y significado de estas prendas, tan obsoletas en el mundo acuático.

29 ago 2003

Bengalas

La chiquilla resistió hasta el último momento, mas tiritaba de frío y quería seguir viendo a la Virgen de Guadalupe. Puso fuego a la única lucecita que quedaba y se cerraron sus ojos: la explosión nuclear destruyó la Ciudad, calcinando a millones de habitantes.

Ambas, muy juntas, se alejaron caminando entre las ruinas, inmunes a la radioactividad.

—Me las hubieran comprado todas, ¿verdad madrecita? —aseveró la inocente vendedora.

—Claro que sí, mi'jita, pero ya me los chingué —contestó María, apretando con fuerza la mano de la niña.


24 ago 2003

Tromp l'oeil

El conde se acicalaba frente al espejo cuando de súbito, con una sonrisa, recordó que le estaba vedado mirar su propia imagen.

Se fue de allí pensando en la naturaleza de la luz y de la sombra, y sobre cómo la mente suele jugarnos divertidas bromas.

16 ago 2003

Reflexiones especulares _bis

Este vampiro nunca había visto —¡por supuesto!— su imagen reflejada en el espejo, así que brincó espantado al reconocerse.

Pero enseguida se tranquilizó, al recordar que todos, mortales y vampiros, tenemos un doble del otro lado. Aunque sólo los vampiros tengan la extraña facultad de percibirlo cuando coinciden ambos en el mismo espejo.

14 ago 2003

La máscara de hierro y el corazón de piedra

No vaciló un sólo instante, decidido, puso la punta de la espada en el cuello del primogénito.

Le susurró, pero con un registro tan potente que el otro escuchó fuerte y claro: —Mi señor, si os elijo, lo único que me deberéis será la vida. Él, me lo deberá todo.

Luego de asesinar a Luis XIV, se volvió hacia el prisionero de la Bastilla: —Vuestra Majestad tiene en mí al más leal de sus vasallos. Disponed de Artagnan, Capitán de los Mosqueteros.

12 ago 2003

Myrurgia

The gate is straight/Deep and wide/Break on through to the other side ~James Douglas Morrison

Por fin concitó la energía necesaria para cruzar el espejo. Al otro lado, su alter ego acumulaba inconmensurables torbellinos de poder con el mismo objeto.

Cuando dio el salto supo que había tenido éxito, aunque las apariencias no indicaran cambio alguno. A su doble le ocurrió lo mismo, y ambos entendieron que, por primera vez, las Leyes del Universo torcieron su curso.

El quedar atrapado en un mundo ajeno al suyo le pareció un precio pequeño por tan excelso logro.

8 ago 2003

Déjà vu

¡Ésto es un Déjà vu!, estuve aquí antes... Las circunstancias, el paisaje, los sonidos, los aromas, toda esta gente... ¡Ajá!, y ése que viene por la vereda, sin lugar a dudas: ¡¡soy yo!!

2 ago 2003

Yin Yang

El sabio gobernante y filósofo chino usa un doble para que lo sustituya cuando la carga del Imperio sobrepasa sus fuerzas.

Hoy por la mañana, cuando iba a firmar los edictos del día, no supo si era Chuang-Tsé, el Emperador, que creía que era su propio doble, o el doble de Chuang-Tsé que creía que era el Emperador.

1 ago 2003

Mi doble


Sé que en algún lugar del Universo existe y es idéntico a mí; pero, tal vez, ésto no sea del todo exacto y él no esté sentado con toda tranquilidad escribiendo, como yo.

Imagino, por ejemplo, que una enorme grieta se acaba de abrir bajo sus pies y un abismo terrible se lo está traga... ¡¡¡aaaaarghghghgh!!!

29 jul 2003

NON·FECIT·TALITER

La Virgen, Fray Juan de Zumárraga y Sebastián Ramírez, estaban discutiendo de la más acalorada guisa. El arzobispo insistía en magrear a la Guadalupana, hasta que ésta, colérica, le produjo un aparatoso espasmo que lo envió echando chispas contra la pared.

El Oidor se desternilló de risa y se orinó en el calzón, provocando que los otros dos vomitaran asqueados.

Estaban ya en la etapa depresiva, cuando la Madre de Dios dijo: —Tenemos que hacer algo audaz antes de que llegue el Virrey —y continuó, levitando alrededor de la estancia—, tengo un plan. Pero tienen que hacer lo que yo diga..., ¡o me busco compinches menos imbéciles que ustedes!

—¡Guardias! ¡Tráiganme ese pinche indio Juan Diego!— gritó por la ventana y se dispuso a trinchar el pernil de cerdo.

28 jul 2003

El testamento de Peeping Tom

—Sí, señor..., soy yo y no, no me quedé ciego, ¡puros cuentos! Se me concedió la visión más hermosa que mortal alguno gozara, vi a Lady Godiva cuando su famosa cabalgata.

—Mercado de Coventry, 31 de mayo de 1043. No menos de tres mil personas asistieron, dispuestas a mantener la cabeza baja y los ojos cerrados mientras su heroína montaba desnuda tan brioso corcel. El único que se atrevió a mirarla fui yo, y no me arrepiento, tenía trece años y era aprendiz de sastre. Juré nunca decirle a nadie, pero ya no importa. Por eso, Padre, ésta es la primera vez que confieso mis pecados.

—Ella me guiñó el ojo, y hoy traigo a la tumba el recuerdo del fulgor de aquella diosa: lucía el más elegante de sus vestidos de tisú, toda engalanada con sus joyas y los guantes de cabritilla acariciando la brida.

18 jul 2003

La sombra y el destello

—La sombra, la total oscuridad, según los textos pre-védicos —decía el profesor McHelm cuando vio ingresar al auditorio a su rival, Würlitzer, que acababa de llegar de Berlín—... Tal vez herr Doctor quiera darnos su ilustre opinión.

—¡Claro que se la daré, mi estimado colega!, aunque sabe que disiento —contestó el aludido, con su característico tono burlón—, la materia que perseguimos sólo se obtendrá cuando se logre la transparencia absoluta.

*

—Mi estimado amigo —decía Sherlock Holmes mientras revisaba los cadáveres aún tibios—, tal vez nunca conoceremos la invisibilidad, mas estas mentes privilegiadas han alcanzado algo en verdad notable: la inexistencia. —Luego de una pausa para encender su pipa, concluyó.  —Elemental, mi querido Watson.

17 jul 2003

Lágrimas de sangre

Qué tragedia cuando descubrió que no podía reflejarse en los espejos. Después se enteró de que, además, era invisible a los ojos de los humanos.

Hoy supo la verdad: —Los vampiros no existen —dijo su madre.

Ambas se acurrucaron en el viejo campanario y estuvieron llorando toda la noche.

10 jul 2003

Claustro

Hoy decide llevar sólo las exquisitas medias de seda sintética y los zapatos de tacón, pero un resto de pudor la conmina a ponerse el négligée. En los corredores se escucha el crescendo de las risas y el secreteo que anticipa los placeres de tan mágica noche. En el acmé de la excitación voltea al viejo sillón y mira con desprecio el hábito. De pronto, la recorre un escalofrío mientras piensa en el Altísimo.

—¡Bah!, ¡Dios no existe! —exclama cuando recupera la compostura e imagina el cuerpo desnudo de Sor Juana.

El traje nuevo de la Emperatriz

La sexagenaria desfilaba frente a sus súbditos, vistiendo sólo zapatos de tacón y medias de seda. Los pícaros que le habían vendido el traje, sólo para inteligentes, habían partido al amanecer.

Una pequeña, que veía el espectáculo desde los hombros de su padre, gritó: —¡¡la Emperatriz va desnuda!!

La soberana no se inmutó..., ni siquiera cuando un lancero traspasó al hombre, mientras que la plebe furiosa molía a golpes a la criatura.

9 jul 2003

Silk Stockings

Su falda corta destaca las líneas pintadas con negro de humo en las piernas, no para fingir, sino para insinuar las inexistentes medias. Los cuatro soldados, clientes únicos en el derruido bistrot, apenas si voltean a verla, hasta que uno de ellos comienza a juguetear mostrándole el paquete que trae en la mano y que ella identifica de inmediato.

Los ojos de la chiquilla siguen ávidos la fascinación de las medias de seda, que se estiran y hacen bolita entre los cuarenta dedos que también magrean las tiernas carnes, mientras desesperada intenta explicar en incomprensible francés que se acuesta con todos, aun con el negro, pero si se las obsequian.

8 jul 2003

Paradoja

No, no te las quites —dijo el cliente, así que Luzazul, con su habitual cara de fastidio lúbrico, se recostó desnuda excepto por las medias de seda artificial, y abrió las piernas.

Años después, reviviendo las mil veces que había escuchado esa súplica, decidió quitarse la vida con sólo las medias puestas.

Pero no encontró otra cosa para colgarse.

Medias de seda

Llegó a Perisur desde temprano. Ha pasado horas mirando escaparates, como cada sábado antes de regresar a casa para una noche de sexo culpable. La plaza está llena de hombres que hacen lo mismo, excepto algunos que caminan en parejas o que, solos, buscan un obsequio para su amado. ¡Cómo los envidia!, él intentó hacerlo dos veces, una cuando adolescente y otra un par de años atrás. No funcionó.

Compra un juego de medias negras de lycra y otro de nylon invisible, al tiempo que se pregunta por qué las anuncian como medias de seda.

Era muy pequeño, por eso no las recuerda, pero ha ido al museo, ahí las exhiben embalsamadas, muchas en ropa interior, con medias y ligueros. Pero están muertas, la nube áurea las mató a todas.

Toma el metro y regresa a su cama donde, entre catálogos de lencería y una centena de medias de seda, se masturba tres o cuatro veces. Después se emborracha.

7 jul 2003

Poderes

Conectado al respirador y en la oscuridad del síncope, tiene la mente fija sobre aquella cuchara de la vitrina junto a la vieja mecedora.

Durante años engañó a los crédulos, hasta que su charlatanería quedó en evidencia. Pero hubo una ocasión, sólo una, en que el cubierto de metal se dobló por completo, sin truco alguno de prestidigitación o imaginerías ópticas. Durante los últimos años tuvo dudas, mas ahora, en la lucidez que precede a la muerte, está seguro de que lo sucedido pertenece a lo sobrenatural: una singularidad en las estrictas leyes del Universo.

En una salita olvidada de la lujosa mansión, tras el grueso vidrio que la protege, una cuchara comienza a desdoblarse.

6 jul 2003

De cómo Yuang-Tsé no inventó la cuchara



Yuang-Tsé contemplaba la pala recargada en el fogón; había estado trabajando todo el día y, con toda justicia, disfrutaba de la comida que le preparara su esposa. Algo, sin embargo, lo incomodaba: una idea difusa que le aparecía con cierta periodicidad, desde que era un adolescente.

Cansado, olvidó sus cavilaciones, tomó los palillos y volvió a concentrarse en la merienda. ¡Qué iba a estar él para inventos!







5 jul 2003

Murmullo del Tajo

 El embravecido incendio devora las imponentes torres y derrumba los altos techos. En la oscuridad de Toledo, el conde observa desde su litera, y son sus ojos ardientes chispas en el rostro seco de un cuerpo enjuto.

Los miserables saqueadores pasan a su lado corriendo, sin reparar en el responsable del fuego y de su buena suerte. Uno de ellos, con la prisa, deja caer a los pies de Benavente una fina y costosa cuchara. El leal castellano, absorto y distraído, se agacha y la toma con la mano izquierda. De súbito, vuelve a la vida. En su cabeza estalla la remota posibilidad de que los labios del duque de Borbón se hayan siquiera acercado al argento, desenvainando la espada, de un sólo golpe cercena esa mano que tocara el infame objeto, arrebata a su criado la antorcha y ahí mismo cauteriza la herida.

Días después el Rey ordena que el blasón del fiel vasallo porte, en campo de gules, una mano —amputada, sangrante— agarrando aquella cuchara de plata.

4 jul 2003

La Máscara de Hierro

Creyeron que la cuchara habría de perderlo. La corte entera esperaba suspendida de ese sencillo utensilio. Sin atreverse a externar sospecha alguna, nadie ignoraba que el gemelo de Luis XIV era zurdo.

Ante el desconcierto general, el Rey tomó el plato con las dos manos y se lo llevó a la boca. Como en la Bastilla.

3 jul 2003

Posesiones

 En su cueva, el faquir enseña a los discípulos el arte de carecer de deseos, pero se sabe un hipócrita. En un oscuro recoveco guarda una tosca cuchara de madera, mientras engaña a sus seguidores diciendo que le basta y sobra con la escudilla.

1 jul 2003

Inducción y deducción

Ha trabajado durante meses con la única pista que quedara en la escena del crimen 'casi perfecto'. Lo alienta la convicción de que, tarde o temprano, ese objeto tan particular lo ha de conducir al elusivo perpetrador: Una caja de Cohibas Espléndidos, intacta excepto por estar vacía.

En un lujoso hotel de Europa, deteniendo un momento el goce vertiginoso del botín, el ladrón se desternilla de risa. Sabe que no hay huella alguna que lo involucre, y que la broma, la de los puros, es la broma perfecta: nunca ha fumado.

7 jun 2003

Chippendale

—Elegantes damas aquí presentes... —La voz del sonido retumba clara y lasciva entre el silencio de la concurrencia a punto de estallar.

Instantes después, de entre las luces apagadas y el redoble del tambor, el reflector ilumina el sencillo taburete del proscenio. Cuando comienza la música sensual y exótica aparece, como de la nada, un hombre desnudo.

Exhibe una figura atlética y elegante, aunque su cincuentena resulte evidente para el público, formado por ricas damas de todas las edades que exclaman entusiasmadas —¡Quiero!, ¡papacito!

Los movimientos acompasados a los de la orquesta provocan una andanada de alaridos en el momento que toma la trusa que le arrojan y se la pone.

—¡¡Ayyyyyy!! ¡¡Mmmmmm!! ¡¡Más, más!!...

Una a una y con lentitud extrema, sigue con el resto de las prendas, mientras el juego de las luces y la cadencia de la erótica danza acompañan los efluvios hormonales femeninos.

—¡Así, así! ¡Mi amor, mi dios! ¡Ven, ven...!

Al final, calza los zapatos de charol, se ajusta la levita y cubre el rostro con la capa... Mas el clímax llega cuando muestra los ebúrneos colmillos. Las espectadoras entonces trepan frenéticas al escenario. Una de ellas, la afortunada, logra ensartarle el cuello y muere allí mismo entre espasmos de placer y una profusa hemorragia.

—¡¡Yo, yo!! ¿¡Por qué...!?

Las otras se mesan los cabellos y desgarran sus ropas al tiempo que, sin éxito, tratan de tocar por última vez al vampiro que se desvanece.

6 jun 2003

Funeral

El ataúd de ébano lucía forros de raso verde esmeralda a tono con el uniforme ceremonial del Castellano, de terciopelo de seda en morado real de Prusia y ostentando todas las condecoraciones. ¡Y qué brillo el de aquellos colmillos, como si aún estuviera muerto en vida!

Una hora antes, al dar inicio las exequias, los deudos habían sacrificado setenta doncellas, cuya sangre —vertida sobre la tierra en honor a tan egregio personaje— jamás disfrutaría vampiro alguno.

Cuando se sellaron las puertas de la cripta, los afligidos nocherniegos se alejaron en silencio, casi sin despedirse y volando pensativos hacia sus respectivos países. Ya en casa, y a diario durante los próximos meses, se despertarán entre sudores helados a pleno sol, desgañitándose y llorando... muertos de terror, víctimas de pesadillas con estacas, balas argénteas y crucifijos malditos.

5 jun 2003

Blanca Nieves

El Príncipe Azul se puso de rodillas sobre el túmulo, hizo a un lado la tapa de cristal y contempló extasiado aquel rostro angelical. Tras besar el cuello clarísimo, le clavó los colmillos.

Al terminar, le trajeron un pañuelo de seda para que se limpiara. De su faltriquera extrajo siete monedas de oro y pagó a los enanos.

4 jun 2003

Problema

Vi cómo de su cuello brotaba la sangre caliente, y sentí cómo sus uñas se clavaban en mi carne mientras su aliento se extinguía entre los estertores de la muerte. Pero no pude succionar, mis lametazos fueron infructuosos.

Dicen que ya hay cura para la impotencia... ¡No sé!

3 jun 2003

Centuria

—La princesita se pinchará el dedo con una aguja y morirá —fue la sentencia de la bruja perversa.

—No, no morirá —corrigió el hada buena—, sólo se dormirá y, cuando haya pasado un siglo, despertará al ardiente beso de su apuesto caballero.

—No, ¡no! Ningún beso de amor —intervino una segunda hechicera malvada—; vendrá un horrible vampiro, le succionará la yugular y la hermosa princesa recorrerá desquiciada los pasillos del castillo, mordiendo y sangrando a todos aquellos desdichados que hubiesen soñado cien años... por lealtad a la casa real.

2 jun 2003

Latir

I think we're alone now/the beating of our hearts is the only sound. ~Tommy James

Hemos corrido hasta perder el aliento, y sin obstáculo alguno capaz de separar nuestras manos. ¡Moriría de pasión por el rubor de sus mejillas!

Tal desenfreno debía bastarle, a ella, para siempre. Y la noche guardó silencio, absorta ante tan grande amor, ¡y yo la besaba!

Nos revolcamos de la manera más atávica imaginable, ¡por fin era mía! Eramos los dos y vueltos llamas.

En sus gritos de placer me decía que al fin estábamos solos, y que el latido de nuestros corazones era el único sonido que podía escucharse. ¡Cuánto se equivocó!, el único corazón que palpitaba era el suyo...

No por mucho tiempo.

1 jun 2003

Literal

Eva mordió la manzana... de Adán.

18 abr 2003

La bayadera

La antigua mansión victoriana retumba con el rítmico vaivén de las tablas, la cítara y el shehnai. Los corazones de los hombres palpitan al unísono con la cadencia de la mágica danza que por momentos estalla en rapto frenético, para enseguida casi quedar inmóvil de tan en suspenso.

Los dedos rozan sutiles los labios de rojo amanecer, luego se retuercen como relámpagos en nubes de verano y se pierden como burbujas en un riachuelo. Las piernas que emanan de ese extraño vapor que las multiplica, entran y salen a placer, cual fantasmas, de los sueños. Y los ojos de miradas imposibles se funden con los de quienes ya no saben si ven una, diez o cien mil mujeres que bailan en el cielo.

Sale a la calle y van en pos de ella, hipnotizados. Dejan atrás el barrio inglés y caminan en trance por el distrito de las Luces Rojas. En el inmundo tiradero —la cloaca de Mumbai— la visión desaparece y la horda recupera de pronto el sentido, apelotonándose de pánico al comenzar el festín de los demonios que los torturan. Los alaridos de terror sólo hacen más delectables los exquisitos efluvios de pasión y sorpresa, y son devorados muy poco a poco.

9 abr 2003

La caída

I sing the body electric... ~Walt Whitman

Nada apaciguaba la Cólera Divina, y ya los veía alejarse del Paraíso. Iracundo, los maldijo una vez más:

«¡Que vuestros cuerpos... sean vuestras almas!»

Trampa de honor

Aventó su resto, la mano era requetechula y quiso agarrarla, pidió al rival una carta nomás y que lo dejara ver. Miró la flor del triunfo y se puso de pie y secó el sudor helado que mojaba su frente. De entre los presentes sólo su contrincante percibió el ligero temblor en las comisuras de los labios. —Ahora sí, compaye, es todo: mi cuaco, mi jacal y mi dinero. De que te toca te toca, ya no tengo pa' jugar así que con tu permiso...

—¿Cuál es la prisa, mi hermano? —preguntó el aludido—, siempre has sido ley, famoso por levantar del petate, al rayar el alba, a tus acreedores. Mas mientes si dices que nada... ¿Y mi ahijada?, ¿la Mireya?, ¿la que acabo de sacar a sus quince años?

Silencio... Margarito se sentó de nuevo y propuso con frialdad: —Contra todo lo que está en la mesa, más tu rancho chico y los caballos. —Prendió un tabaco y se lo fumó como si cualquier cosa—. ¡Nunca dirán que se rajó un Guzmán!, ¡mucho menos al cuarto para las doce!

Cuando su compadre volteó el último siete, se paró otra vez y con voz sonora le dijo —mañana, a las primeras luces, será tuya la prenda que me jugué y perdí de fiado.

Al amanecer, un Juan Carbajal Domingo que arde en deseo se acicala para recibir a la linda niña en botón, a poco escucha en el empedrado las espuelas oxidadas del pagano. Las oye, instantes después, alejarse. Sale a cobrar la deuda y la halla sentada en el zaguán, trajeada de fiesta y con la dulce sonrisa de siempre; no puede dejar de admirarla, sigue igual de tierna y hermosa..., aún ahora que un cuajo de sangre le cuelga del cuello.

2 abr 2003

Trampa de la trampa

El plan era perfecto: ella escribiría los números de las respuestas en el muslo, justo encima de la malla negra.

El muchacho, aturdido, no pudo concentrarse en el examen; el profesor, que lo vio todo..., tampoco.

31 mar 2003

Amazona desnuda

 Leofric, conde de Mercia, es otro hombre, y sus vasallos han vuelto a inclinar la cabeza, aterrados ante el rictus de Lady Godiva.

Hoy, Coventry amaneció al pregón de una segunda cabalgata: Su hermosa señora iba a mujeriegas empalada sobre dos garrotes clavados a la silla, y las manos atadas a la brida con su propia cabellera.

24 mar 2003

Gengenesgénesis XXXI

La claque de ángeles y gigantes abarrota el Gran Teatro del Principio del Mundo, afuera queda el letrero que anuncia: La Creación, de Yahvé.

Uno a uno van apareciendo los personajes: las estrellas, los animales, las plantas, Adán, Eva, la Sierpe...

Minutos después Dios huye por su vida entre la lluvia de jitomatazos, mueras y abucheos.

20 mar 2003

El efecto mariposa

Chuang Tzu despertó sin saber si era un sabio, o si era una mariposa que aún aleteaba entre sueños. De súbito, desde lo más profundo de su inconsciente, surgió una colosal tormenta que devastó Luoyang y precipitó la caída del Imperio.

18 mar 2003

El mismo día en la vida de Ivan Denísovich

Se levanta a las cinco, va al refectorio, regresa, esconde el pan en el colchón, sigue a Tiuren a la lista, comparte una colilla con Tsezar... La eterna y extenuante jornada de trabajo estéril, el anónimo destacamento 104, las inútiles hileras de ladrillo, el cruel Volkovoi de todos los días. Encuentra la misma segueta oxidada de siempre y la esconde en su vieja manopla.

La larga fila para regresar a las barracas.

Después del conteo nocturno Alyosha lee la Biblia para hallar consuelo en la religión. Shukov, como cada noche, se corta la yugular con el trozo de acero; igual que Alyosha, ha perdido la fe —la esperanza vana de que mañana no amanezca otro mañana. Al menos, luego de quitarse la vida, tiene unos minutos de paz antes de despertar al mismo día en la vida de Ivan Denísovich.

Motivos

 Apuñala a su padre y a su madre. Enseguida, ahoga a sus hermanitas en la tina.

En el estudio, saca del escritorio la pistola y las balas, cuando está seguro de que el arma tiene carga completa, la guarda de nuevo en el cajón.

Ya afuera de la casa, inicia la búsqueda de más razones para quitarse la vida.

17 mar 2003

Hado

Sereno por primera vez en su vida, decidió que un suicidio decente compensaría una vida mediocre y sin fortuna.

Alegre de haber encontrado significado a su vida y anhelando honrosa salvación para su alma, alzó la copa de cianuro espumoso. De pronto, una bala perdida le destrozó el cráneo.

10 mar 2003

Nunca

Le dijo que no amaría a otra en tanto ella viviera. La Reina espoleó su corcel para ocultar el sonrojo, mientras Lancelot concluía la promesa en un susurro.

Ginebra murió.

Sobre la tumba non sancta del impío caballero, hay una roca, donde las hadas grabaron:

DESPUÉS TAMPOCO.

8 mar 2003

Morning Blues

Today when I awoke, the morning blues, hung over me!/So, I look it straight in the eye... ~Terry Kath

La misma rutina de toda la vida: salir del baño, un insípido desayuno, el metro, el pesero, el trabajo más aburrido del mundo, los tacos asquerosos al medio día, la televisión, la amargura de mi esposa, aquella descarriada prole adolescente, este maldito insomnio de cada noche... ¡Sólo tengo mía esta hora, bajo la regadera!

El tedio me ataca en cuanto cierro la llave [la abro de nuevo]... ¡hoy decido mirarlo de frente! Me tajo la yugular y me escurro por el drenaje.

7 mar 2003

Arrebol de almendras

—¿Por qué? —dije mientras lo abrazaba.

Transido de dolor, escuché a esos labios de arrebol aún más intenso murmurar: —¿Y por qué no?

Dicen que huele a almendras amargas..., yo no recuerdo sino el hedor del vómito a sus pies.

17 feb 2003

Otros tiempos

A lo lejos se escuchan los gritos estremecedores de la Llorona, que impreca al cielo por aquellos hijos masacrados. Todos se miran confusos, seguros de que la muerte ya no significa lo mismo que antes de la Positrónica... y ningún robot sabe decir qué es eso de 'los hijos'.

16 feb 2003

Avances de la ciencia médica

Estaba tranquilo como no lo había estado durante los últimos meses, feliz de haber encontrado determinación y cordura para pedir ayuda profesional. Recibió de manos de Jerome L. Baldwin MD PhD el frasco ámbar con comprimidos, junto con la perorata acerca de la futilidad de amuletos, veladoras aromáticas, mejunjes y puercos enterrados en el jardín. También escuchó atento el consejo de tomar la receta unos minutos antes del crepúsculo junto con un salutífero baño caliente, y así obtener los mejores resultados terapéuticos. Antes de terminar la consulta el especialista le garantizó que los monstruos desaparecerían para siempre.

Poco antes del ocaso abrió el grifo, puso las sales, puso música, se desnudó, levantó la tapa del inodoro, vació el frasco, se metió a la tina y se hizo los correspondientes tajos en las venas.

15 feb 2003

Tedio

Juego a que soy yo quien mueve las cortinas y no el tenue viento que se cuela por las rendijas. Otro de mis favoritos es andar de aquí para allá en la niebla, imaginando que cuando se disipa me disuelvo con ella y así acaba este injusto penar. ¡Si tan sólo pudieramos hacer apariciones!

Condenados a medrar en este éter asqueroso y a espantarnos los unos a los otros... la vida de los espectros no puede ser más triste.

9 feb 2003

Ecfrasis

En el pretil, la mecedora se mueve sin necesidad de esfuerzo alguno de parte de Abuelo, quien ocupado en vigilar a las niñas que juegan se balancea a capricho de viento y madera. Las vigas del piso gimen al parejo del viejo mueble y la mirada recorre de arriba a abajo —con precisión cronométrica— la curva, desde los árboles que delimitan la milpa recién barbechada, hasta los mugrosos pies descalzos de la más pequeña nietecita.

La madre, soltera y atareada con el metate, se baña en el sudor copioso del calor de la lumbre y el mediodía. Un niño, el hermano mayor, se acerca por la vesana acompañando al famélico hato de ganado.

El abuelo ha muerto desde las ocho de la mañana, pero sigue atento el juego de las niñas, es su obligación, su contribución a la magra economía doméstica. Ya después lo llorarán y prepararán café y novenario.

Para sosiego de todos, el anciano es sordo, y hace caso omiso al clamor de los ancestros que llegan a recogerlo, vaporosos y mezclados entre las escuálidas vacas.

7 feb 2003

El Efecto Mariposa

Su batir de alas en la eternidad es inútil... Nada consigue, acaso añorar con más ansia los tiempos cuando provocaba huracanes.

4 feb 2003

El Fantasma de la Ópera Rock

Llegamos puntuales al teatro, todos muy elegantes. Con desilusión y sorpresa leímos el letrero:

HASTA NUEVO AVISO
SE SUSPENDEN TODAS LAS APARICIONES

1 feb 2003

El ánima


 ¡Llega a casa exhausto de pánico y jura y perjura que ha visto un vivo!

27 ene 2003

Después de Sócrates —en cierto sentido—



El doctor prosiguió cuestionando a la estudiante de posgrado: —... Y me dice usted, que este grupo de filósofos presocráticos descubrió que el tiempo es una flecha...

—Sí, sí... ¡Una flecha que apunta en ambas direcciones! —lo interrumpió con vehemencia la joven— y luego, valiéndose de tecnologías que se llevaron consigo, empezaron a vivir su vida en sentido contrario al resto de los mortales.

—Pero, ¿y ese fluir a velocidad de vértigo...? —A duras penas pudo el académico contribuir al hilo de la conversación.

—No sé como lo hicieron, mas puedo afirmar que en el trayecto han convencido a muchos otros, a sabios, principalmente. —La discípula incrementó el ímpetu con el que explicaba tanta idea que traía en el cerebro—. ¡Vienen egipcios, trogloditas, semidioses, humanos de software...!

Él había observado el orden preciso que ella desplegara en la enumeración de los visitantes. —Y, según usted, en el Big Bang tuvieron algunos problemas para cruzar. —Aseveró, reflexionando en voz alta más que dirigiéndose a su interlocutora—. Supongo que en cuanto lograron pasar reanudaron su carrera. ¿Y el Big Crunch? ¿Qué sucederá cuando ese extremo choque con este otro, cuando alcancen el punto original de partida?

—Maestro —fingió una súplica la voz femenina, ante la inminencia de los acontecimientos— recíbalos, por favor. Hace rato que esperan. Además, usted y yo sabemos que está escrito.


21 ene 2003

Artilugios de la mente


El Escoria acostumbraba pasar las horas de la mañana acurrucado sobre la piedra de amasar, con los ojos bien abiertos y fijos en la carne colgada del garabato, relamiéndose los bigotes. Yo, por supuesto, vigilando siempre al uno y lo otro.

Hoy amanecí como iluminada..., lúcida y con una imagen del Mundo fresca e inteligente: he colgado al minino del viejo armatoste de fierro. Ahora puedo dejar la carne donde sea.

Mañana acaso despierte aun más creativa, y cocine al gato para la cena.

20 ene 2003

Nican Mopohua


Espantado, Juan Diego Cuauhtlatoatzin cayó de bruces —¿No eres tú el más humilde de mis hijos?, ¿acaso no soy la hermana de tu corazón? —le preguntó la dulce voz femenina. Y no fue sino hasta que se atrevió a levantar la cabeza que deslumbró sus ojos una telaraña descomunal, de inexplicable belleza.

Los radios y la espiral refulgían iridiscentes al sol de la mañana y, tímido, se atrevió a tocar —¿No soy tu Madre a la que vienes en pos de abrigo, esa Virgen con la que sueñas en tus noches de desesperación? —¡las palabras mágicas lo habían atrapado!

La araña se acercó poco a poco. En el umbral de la muerte, el desdichado macehual oyó que le susurraba—: Soy Tócatl, la seductora, la Tzintlatlauhqui.

17 ene 2003

Espalier

De forma imperceptible y constante, a través de los años, el árbol ha urdido sus ramas contra la improvisada celosía del antiguo muro. Para los monjes es el punto obligado de referencia —un rincón agradable, fresco de día y al abrigo del viento cuando oscurece— que además, de madrugada, les ahorra el frío y la distancia hasta las letrinas.

En determinados días, el árbol excreta una resina más pegajosa que de costumbre. Por su parte, la corteza parece deshilachada y elástica. En tales noches desaparece alguno de los frailes que salen a mear; a nadie le importa, y el suceso se atribuye a una más de esas frecuentes deserciones.

Hoy, sin embargo, es al Abad a quien se echa de menos... Parece que se perdió entre maitines y laudes.

16 ene 2003

Sechs Knoten

Hurga con desesperación su desordenada colección de cestas, cuerdas, redes y encajes. Patea todo y escupe sobre todo. Necesita entender los nudos que él mismo grabó días atrás y que ahora se resisten a ser interpretados. Son las tres de la mañana y su mente febril divaga por una imaginaria e intrincada neblina de voces —antiguos druidas, doctores árabes, sibilas— mezcladas con terribles visiones. Impreca a gritos contra Dante y Leonardo... Luego se arroja al piso para maldecir, entre vómito y gimoteos, aquella hora cuando suplicó ser iniciado. Suenan las cinco y tiene la cabeza atiborrada de trenzas, concatenaciones y ángulos imposibles. Camina —ávido y resignado— hacia donde guarda el precioso remedio y, aun sabiendo que así acelera su decadencia, lo necesita más que nada. Levanta la tapa y siente —en anticipación— el tremor, la angustia y la sed inextinguible. Seis arañas ascienden con lentitud los brazos, se esparcen por el cuerpo, caen los párpados... ¡Inspiración bendita!

14 ene 2003

THEIAI MOIRAI

Lachesis les provee hebras de sensualidad: aromas, sabores y visiones desconocidos para el común de los mortales; fibras de talento y gracia; texturas de bondad y armonía. Cloto teje para ellos biografías plenas de aventura y romance, les hilvana utopías y anhelo por la Eternidad y, con estas vidas devana amor, libertad y justicia.

Pero es Atropos la que más disfruta: se desternilla de risa mientras con su tijera corta las cándidas ilusiones de estos miserables. Entonces, juntas, las tres hermanas se asoman al abismo, sólo por el placer de ver cómo sus favoritos se alejan en sufrimiento, hacia la nada... con todos los demás.


12 ene 2003

El regreso

If in the twilight of memory we should meet once more, we shall speak again together and you shall sing to me a deeper song. ~Gibran Khalil Gibran

Y Aglaia, que sostenía una flor contra su pecho, gritó: —¡Háblanos de la seducción, y de aquellos que caen en sus abismos!

El Profeta volvió sobre sus pasos y respondió: —Pueblo de Orphalis, la seducción es una telaraña que creemos que otro teje para nosotros. Pero, en verdad, se hila con nuestros deseos, los más íntimos y ocultos. Por eso vemos a través de ella al amado enemigo, sin saber que él también nos vigila entre hebras de seda.

—Y esos precipicios, que ansiosos abrimos en nuestras entrañas, son la cruel perdición, a menos que descendamos hasta lo más profundo del alma. Entonces la red que hemos tejido se hermana y complementa con la sima abismal... ¡en ese momento —y sólo por ese momento— somos Dioses que caminan el amanecer de la Tierra!

La multitud comenzó a dispersarse, acaso pensando los unos en los otros. El Elegido terminó de descender la rampa y, sin voltear, hizo una seña a los marineros, quienes disgustados soltaron las amarras y levaron el ancla. Los ojos de Al-Mustafá siguieron hablando para la mujer de ojos verdes: —Y si nuestras manos se encuentran en otro sueño, habremos de construir más torres en el cielo.