22 dic 2003

En uno de los Diálogos Apócrifos, Platón pone en boca de Sócrates el recuento de una de las hazañas del Pueblo de los Glugluditas.

Partieron en busca del famoso Vellocino de Platino Empiojado de Záfiros, Esmeraldas y Rubíes. Para confortar el ánimo y no disminuir el arrojo, do quiera que iban cantaban su himno:

—¡Somos los glugluditas, somos los glugluditas...!

Atravesaron el desierto, nunca retrocediendo:

—¡Somos los glugluditas, somos los glugluditas...!

Cruzaron el Cáucaso, siempre avanzando:

—¡Somos los glugluditas, somos los glugluditas...!

Se enfrentaron a los cíclopes y los vencieron:

—¡Somos los glugluditas, somos los glugluditas...!

Y se lanzaron, por fin, a las aguas del Mar Caspio:

—¡Somos los glugluditas, somos los glugluditas! ¡¡Glu-glu-glu-glug-glugd-lggdgg-glgldddglg!!

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