5 jun 2009
Especie abisal
Su ombligo ha devenido un agujero de míticas proporciones. De tanto rascárselo, en aquella sima profunda se pierde todo. Apenas si se escucha el tintirintín de una antigua catarata que aún arrastra con sus aguas los restos de lo que antaño fueron enormes roquedales de mugre, detritos y cochambre sanguinolento.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario