Mi mamacita tuvo un mal parto, y para que no sufriera más, mi papá aceptó que arrojaran el producto al escombro con el que rellenaban un antiguo sótano en el pabellón de consulta externa.
Dos años después nació mi hermanita, y todo fue felicidad. Aún recuerdo su carita en el cunero, toda roja y arrugada. Otros dos años y nació mi hermano José Ricardo y él sí que se veía bien guapo desde el principio.
Mi padre se fue de la casa al poco tiempo, y mi mamá ya no tuvo más hijos. La veía seguido, cuando venía a alguna consulta con sus dos niños de la mano.
Luego pasó mucho tiempo, hasta que un día trajeron de emergencia a mi hermano, hubo un accidente automovilístico y tuvieron que amputarle las dos piernas. No lo soportó y se pegó un tiro tres meses después. Murió a los pocos minutos de llegar, me impactó ver a tantos familiares y amigos, muchos fumando afuera de la sala de espera.
Mi madre murió en terapia intensiva. Fue muy triste.
Mi hermana quién sabe por donde anduvo, nunca volví a verla, de seguro ya también está muerta.
Dicen que van a tirar el hospital, y que van a construir uno nuevo, pero en otro lado. Aquí van a poner un cenro comercial. Qué bueno, porque ya me aburrí de vagar entre estas paredes.
15 ago 2015
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