6 nov 2010

Amor de a de veras

Se quedó dormida en sus brazos. La amaba con una intensidad de la que nunca se creyó capaz, la adoraba e intentaba complacer hasta el mínimo de sus caprichos... ¡Y confiaba en ella, sin resquicios, sin duda alguna! Se puso la pijama y se acomodó en la hornacina, confía en su amor, le dedica un último pensamiento antes de desconectarse, mañana su esposa estaría puntual con la secuencia de arranque.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El amor de a de veras se da de vez en cuando, tal vez vaya por escalas, primero le toque a los muñecos y mañana sea el de nosotros... un abrazo Rub