No oye nada, su mundo es silente, no oye ni el latido de su corazón.
Hoy se ha despertado sobresaltado y con una angustia terrible en el pecho: ha comenzado a escuchar voces.
Microrelatos, minificciones, hiperbreves, textículos, ficciones súbitas —o repentinas—, minis ú como quieran vuestras mercedes nombrarles.
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