3 may 2013

Sentidos

Sus ojos son capaces de percibir una gama de colores en cada color; el verde es un arcoiris de verdes, y el morado uno de morados. Ve, además, el ultravioleta, el infrarrojo y la polarización de la luz. Su tacto es fino en extremo, sensible a las mínimas perturbaciones en el aire; distingue el aleteo de una mariposa a cien metros. No sólo capta los olores, sino las miles de sustancias que componen cada aroma. A cada momento sabe la temperatura exacta de los objetos que lo rodean...

Deja de divagar y su mente regresa con el médico, que por medio de signos —innecesarios, puede leer sus palabras en los labios, incluso sin estarlos viendo— le explica que no hay remedio, que los científicos se han dado por vencidos: los robots nunca podrán oír.

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